Bronce para Ona Carbonell que emocionó al Sant Jordi

Ona Carbonell se colgó ayer el bronce en la prueba de solo libre, repitiendo el mismo podio que en todas las disciplinas en las que China y Rusia participan. Ambas solistas quedaron ayer nuevamente por delante, fotografiando la jerarquía actual de un deporte sin sorpresas y con clases. Ona mejoró levemente la nota de la preliminar (94.290), con una coreografía que ha maravillado a los espectadores pero quizás no tanto a los jueces, sin tener ese componente emotivo que prevalece en la ciudad con los Juegos del 92. Svetlana Romashina cuenta por oros sus pruebas individuales y de dúo (97.340), lo mismo que Xuechen Huang pero en platas (95.720). Ambas rivales mejoraron ostensiblemente sus notas.

La española afrontó la primera jornada con únicamente una prueba, como de aquí al final del campeonato. Aunque estaba más descansada y ejecutó la obra con pasión, no logró poner en aprietos a la china. La canción ‘Barcelona’ emocionó nuevamente a los espectadores, entregados a su coreografía y, en especial, a lo que le transmiten las notas cantadas por Freddie Mercury y Montserrat Caballé. Hasta Gemma Mengual no pudo contener las lágrimas.

El mérito técnico es lo que está castigando a España, quizás más que en otras ocasiones. Las nadadoras han tenido solo seis meses para poder preparar todas las coreografías y aún queda mucho trabajo por pulir, por lo que seguir en el podio es la mejor noticia de un Mundial que pasará a la historia por los aplausos y el reconocimiento del público a la sincro, que tantas alegrías ha dado y dará a este deporte.

Ona, que acumula ya tres bronces y una plata, seguirá ampliando su repertorio hasta el sábado. Mañana le toca la final de dúo, en la que parte como tercera junto a Marga Crespí, mientras que el viernes y el sábado aspira a la plata en la rutina de equipo libre y combo respectivamente.