La sincronizada rompe récords de público en España

La modalidad de natación sincronizada en el Mundial de Barcelona se ha convertido ya en el deporte femenino más visto en la historia española. En los cuatro días de competición, las gradas del Sant Jordi han sido ocupadas por 32.000 espectadores, cifra récord en cualquier acontecimiento protagonizado por mujeres que se ha disputado en el país. Ha ayudado la gran capacidad del recinto, que por las tardes ha obtenido grandes registros de espectadores, entre 5.000 y 6.000 espectadores.

“Los éxitos del equipo español nos acompañan y auguran que las próximas tardes serán de llenazo en el Sant Jordi, con aforos ya comprometidos del 83 por ciento para el viernes y del 81 para el sábado”, afirma Sergi Pujalte, director general de Barcelona 2013. La cantidad asegurada de espectadores hasta el final de los Campeonatos asciende a 163.403, “lo que supone el 80% del objetivo que nos habíamos marcado de llegar a los 200.000 espectadores”, en palabras de Pujalte. Para la semana próxima, con la llegada de la natación, ya hay vendidas más de 40.000 entradas.

Desde el primer momento, la organización quiso hacer una apuesta por la sincro, un deporte que, en la edición de 2003, se celebró en la piscina Bernat Picornell, pero que ha crecido en cuanto a cuota mediática y éxito desde entonces. A lo largo de la semana, las mañanas han arrastrado a menos seguidores, entre 1.500 y 2.000, pero por la tarde los registros se han triplicado. Las nadadoras españolas notan el calor de los aficionados: “Cuando sales a escena el sonido es espectacular, nota los ánimos y solo se lo podemos agradecer a la gente. Hasta en el agua escuchas la música con los gritos de la gente”, explicó Marga Crespí. “Pensábamos que llenar el Palau era imposible, pero jamás habíamos imaginado tanta gente viéndonos, animándonos y creando una atmósfera fantástica. Creo que el público se está volcando, se emociona como nosotros y lo vive muy de cerca. Estamos encantadas”, añadió Ona Carbonell.

Aun así, y debido también a la precipitación al celebrar este Mundial, ya que hasta el otoño de 2010 no se hizo oficial por la renuncia de Dubai. “La piscina en Shanghai estaba todos los días, incluidas las mañanas, llena. Aunque allí invitaban a colegios”, recuerda Andrea Fuentes.