Carlos Espinosa: "El dopaje es el punto negro de la marca España"

La trascendencia del deporte sobrepasa ampliamente las delimitaciones del terreno de juego desde hace años. Desde hace menos, aproximadamente desde los Juegos Olímpicos de Barcelona, también cruza las fronteras del país. El deporte se ha convertido en un embajador de la marca España y en uno de los pilares de la imagen nacional en el exterior. En el foro 2014-AS , Carlos Espinosa, alto comisionado del Gobierno para la marca España, escudado por el exjugador de baloncesto Jorge Garbajosa, el guardameta de balonmano José Javier Hombrados y el presidente de la Federación Española de Baloncesto, José Luis Sáez, han hablado sobre el peso del deporte español de cara al exterior.

“El deporte es desde hace años un contribuyente neto a la imagen del país. Hemos tenido triunfos y muy bien administrados: los deportistas españoles se han caracterizado por saber ganar”. Espinosa pone de ejemplo al tenista Rafael Nadal: “Cuando ganaba a Federer seguía diciendo que era [el suizo] el número uno y que él seguía aprendiendo”. Según el alto comisionado, el deporte sirve no solo para dar una imagen positiva fuera, sino también para lograr una unidad interna que de otra forma sería casi imposible. “Alrededor de estas figuras se produce una compactación, se olvidan las diferencias en otros temas y la gente se aglutina alrededor de ese éxito”.

La suma a los éxitos individuales del triunfo colectivo ha dado a la marca España el empujón definitivo. “Los triunfos de los deportes de equipo incorporan otros valores: coordinación, compañerismo,… Valores que son los de una sociedad desarrollada”, explica Espinosa. Cree que esa actitud la demostró Fernando Torres en la final de la Eurocopa 2012, cuando, jugándose el pichichi, decidió cederle el balón y el gol a su compañero Juan Mata en lugar de terminar él la jugada.

A pesar de esos aspectos positivos, el alto comisionado reconoce que el deporte español sigue teniendo una lacra importante. “En muchos sitios no creen que nos hayamos tomado suficientemente en serio el tema del dopaje”.

Jorge Garbajosa ha jugado al baloncesto en cuatro países diferentes y en cada uno ha percibido de diferente forma lo que significa España en el exterior. “En Italia, rabia porque nos ganaban y ahora ya no. También admiración porque nos tenían por poco competitivos y poco duros y ahora pierden en cada confrontación”, cuenta. En Rusia, fichó por el Khimki, un equipo joven que recurrió a él y a otros dos españoles como Raül López y Carlos Cabezas “para ponerse en el mapa”. Y en Estados Unidos, país con tendencia a mirar más hacia dentro que hacia fuera, según dijo, “los deportistas no sólo son los únicos que a nivel internacional pueden plantarles cara, sino que está perfectamente integrados”.

Por su parte, Hombrados ve el deporte como un factor de optimismo. “El hambre que hemos pasado deportivamente en España nos ha hecho crecer. A España le falta confiar en su marca. En el deporte lo hemos conseguido poco a poco, hemos creído que cuando España llegaba a una final se podía ganar”.

Uno de los aspectos más negativos que los españoles ven en el país es la corrupción. El alto comisionado Espinosa no cree que, desde fuera, se valore como algo especialmente negativo: “Tiene menos incidencia fuera que en España. Aquí es lo que más afecta a la imagen el país, pero fuera es más pequeño porque están más acostumbrados a esos casos”.