NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Champions League

El Hamburgo de Duvnjak será el rival blaugrana en la final

El central croata se marcó un partido soberbio para dar la gran sorpresa al imponerse al Kiel, vigente campeón, por 33-39, logrando once tantos

MadridActualizado a
Domagoj Duvnjak celebra la clasificación del Hamburg para la final de la Champions contra el Barcelona.
AP

El Barcelona y el Hamburgo jugarán este domingo en Colonia (18:00, Teledeporte) la final de la Champions 2021-13. Se trata de una final inédita, porque nunca antes el Hamburg había llegado a una final, y tampoco se esperaba que esta vez lo consiguiese porque en la semifinal se enfrentaba al Kiel, el campeón vigente de esta competición y de la Bundeslkiga de este año, pero en esta ocasión el quinto de la Liga alemana se sacó las espinas de los últimos años con un 33-39 que significa más que una sorpresa, porque de alguna manera adelanta el final de un gran equipo que ha dominado Alemania y Europa en los últimos años, y que en Colonia despide a Omeyer, a Narcisse y a Ahlm, tres jugadores que han sido el sostén de este equipazo en las últimas temporadas.

Pero en esta semifinal germana en Colonia emergió el jugador que se supone heredero de los Balic y Karabatic, el croata Domagoj Duvnjak, que en su día se convirtió en el fichaje más caro del balonmano mundial, porque el Hamburgo pagó por él 2,5 millones de euros, un central de 1,97 metros, que además de crear juego es capaz de meter goles, como este partido (11, seis y cinco, y ninguno de siete metros), de jugar en defensa (una exclusión) y de buscar a sus compañeros para asistirles sin excesivo egoísmo.

Que el Kiel fuese mejor que el Hamburgo, sobre todo por su número de dispositivos para un partido duro, fue un mejor espejismo, porque ambos conjuntos limitaron en exceso las rotaciones: el Kiel alineó a 10 de pista, y el Hamburgo a siete, si bien empleó como tal a siete nada más.

Pero la diferencia la marcó la portería: Bitter fue el de siempre para el Hamburgo; Omeyer, estuvo desaparecido, porque el francés no aportó nada al Kiel, cuando ha sido el valladar por excelencia de este equipo.

Posiblemente el Kiel estuvo a su nivel, pero el Hamburgo se disparó por encima de lo esperado, porque no sólo actuó bien su central, sino que Vori (exbarcelonista) estuvo excelente en el pivote y defendiendo en avanzado, porque Pascal Hens sacó su fusil con una autoridad que pocas se le ha visto porque no tuvo reparo en lanzar desde los nueve metros, porque el zurdo Lijewski aportó goles en momentos claves. Además, el extremo Lindberg mantuvo su efectividad ofensiva habitual, y el otro, Jansen, más discreto en ataque, aportó cuanto pudo en defensa. Esos son los poderes del Hamburgo, que tuvieron en su primera línea alguna ayuda de Lackovic, pero nada más y nada menos.

Siempre mandó el Hamburgo, siempre impuso el ritmo, siempre estuvo más concentrado en un encuentro en el que el Kiel nunca fue ese equipo de instinto asesino que ejecuta a sus rivales por la velocidad de su juego. Cambió, rotó y varió, pero no hubo manera de controlar el juego vivo, alegre y divertido que proponía Duvnjak, mucho mejor que los centrales de los zebras, porque ni Narcisse ni Palmarsson estuvieron a la altura del croata, que será el jugador a controlar el Barcelona en la final del Lanxess Arena de Colonia, donde se espera otra gran fiesta del balonmano en un nuevo duelo hispanoalemán por cuarto año consecutivo, los cuatro que lleva funcionando el sistema de Final Four, que siempre se juega, por ahora, en Colonia.