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MONTAÑISMO

Pasaban: "Estoy segura de que Garra peleó hasta el final"

La primera mujer en coronar los 14 ochomiles habló sobre la trágica muerte del catalán en el Dhaulagiri y de sus próximos proyectos.

Edurne Pasaban, en su comparecencia.
Carlos Martínez

“Los ochomiles son los que dan fama, pero hay muchos retos y muchas montañas inexploradas aún”. Esta frase de Edurne Pasaban resume bien cuál es el momento de su carrera deportiva. La primera mujer que oficialmente coronó las catorce montañas más altas de la Tierra, presentó ayer en Madrid a su nuevo patrocinador (Laboratorios Urgo) y su última expedición en Groenlandia, aunque tampoco rehuyó dar su visión sobre el ochomilismo actual.

Y es que la pregunta sobre la reciente muerte del montañero leridano, Juanjo Garra, en la bajada del Dhaulagiri era obligada. “El Himalaya está siendo muy duro este año. Siempre he dicho que la montaña me ha dado muchos amigos, pero también me los ha quitado. Sólo el Daulaghiri se ha llevado a cuatro, el último, Juanjo Garra”.

Para Edurne, en el rescate del montañero leridano se hizo “todo lo posible”. “Se quedó en la travesía, el sitio que más miedo nos da a los montañeros. Su problema fue una rotura de tobillo, que en la vida cotidiana no es nada pero que a 7.700 metros es mucho más grave. Era una persona alegre, que sabía mucho de la montaña. Nos queda su recuerdo, seguro que peleó hasta el final”. Y continuó: “A la gente hay que explicarle que no es tan fácil que un helicóptero suba hasta ocho mil metros y lleve a cabo un rescate. Se tiene que dar una situación ideal de clima, visibilidad…”.

La montañera tolosarra también habló del Everest, del que se cumplen 60 años de la primera ascensión, obra de Hillary y el sherpa Norgay. “El Everest ha cambiado mucho. Se puede hablar de masificación. Antes diez ascensiones al año eran la ‘pera’, ahora se habla de 500”, comentó, refiriéndose a las cada vez más comunes expediciones comerciales. “El Everest no es la montaña más difícil, pero es la referencia. Allí te encuentras desde gente muy preparada a otros que no saben colocarse unos crampones”, explicó. Para Edurne, la prohibición no es la solución: “El Everest está ahí y no se puede decir que no se suba. Pero hay que hacerlo bien y con respeto”.

Pero los ochomiles no son el reto actual de una Edurne más centrada en otras aventuras de exploración. El martes regresó de Groenlandia tras hacer cumbre en dos montañas vírgenes, expedición que prácticamente encadenó con la Titan Desert marroquí de BTT: “Pasé de 40º a -25”. Su próximo objetivo será el Tíbet, donde “hay más de 200 montañas que aún no han sido escaladas”, aunque tampoco dejará de lado la bicicleta, ya que desea competir en la Quebrantahuesos.