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ATLETISMO

Schlangen aprende con Casado: "Se compró hasta un jamón"

El madrileño acogió en su casa al millero alemán, plata europea en 2010. "Me sorprendió ver gente apenada por la impunidad de algunos tramposos en España", decía.

Carsten Schlangen y Arturo Casado, en el INEF de Madrid.
Chema Díaz

Dos milleros de élite continental, un madrileño y un berlinés, han unido fuerzas en los últimos días. Son Arturo Casado y Carsten Schlangen, oro y plata europea en 2010, que han compartido techo (la casa del español en Tarancón) y entrenamientos (en la Blume) durante una semana. “Es interesante ver cómo trabajan otros compañeros internacionales y creo que Carsten ha terminado contento con la estancia. Se ha comprado hasta un jamón para llevárselo a Berlín”, bromeaba Casado sobre su convidado teutón, que reafirmaba sus palabras: “Ha sido una gran experiencia tanto a nivel deportivo como humano, he pasado mucho tiempo con Arturo y su chica (Fabiana), y he conocido la forma de vida de las familias españolas”.

Una de las cosas que más sorprendió a Schlangen, de 33 años e icono actual del mediofondo en Alemania, fue el ambiente del Centro de Alto Rendimiento de Madrid, que cambió la dañada imagen que tenía preconcebida sobre el deporte español: “He disfrutado mucho entrenándome con el grupo de Arturo Martín (el técnico de Casado). Hay un ambiente muy sano. Esperaba encontrarme atletas que conseguían sus objetivos como consecuencia del dopaje, pero he visto a buenos profesionales que trabajan duro. Me ha sorprendido ver que muchos deportistas españoles están apenados y en contra de la impunidad de la que los tramposos gozan en su país”. Casado señalaba “lo bueno” de tener visitantes foráneos para la imagen del atletismo nacional: “Es bueno que nos visiten extranjeros y vean que no hay que generalizar. Que descubran que hay mucha gente que es limpia. Pero deberían ser las autoridades las que se encarguen de nuestra reputación, no nosotros”.

Casado es un estudioso del atletismo que ha estado en Kenia para hacer su tesis doctoral, ha viajado a Marruecos… y Schlangen, que acredita una marca de 3:33.64, también es hombre de mundo y arquitecto, oficio que ejerce a media jornada. “Los dos somos apasionados de este deporte y nos hemos entendido. Me ha enseñado como entrena la fuerza mediante saltos y cuestas. Él se ha quedado sorprendido de que hacemos muchas repeticiones en las series. Allí hace menos, pero más intensas”, apunta el de Santa Eugenia, que posiblemente viaje a Berlín en junio para compartir unos días junto a su colega Schlangen. El alemán, que cogía el vuelo de regreso este lunes y sueña con batir este año el récord nacional (3:31.58), ya ha prometido volver: “Seguramente sea esta misma temporada. Aparte de Madrid, me ha gustado Tarancón porque te aparta del estrés de la gran ciudad. He aprendido algunas palabras de español…”. Y se ha llevado un jamón, que Casado le ha enseñado cómo cortar.