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CHAMPIONS | ATLÉTICO 25 - BARCELONA 20

El Atlético hace bueno el factor Vistalegre y derrota al Barça

Los de Dujsebaev vencieron 25-20 ante 11.300 espectadores en Vistalegre. Acudirán al partido de vuelta en el Palau con una renta de cinco tantos.

Josep Masachs se dispone a lanzar ante la oposición de Viran Morros.
Víctor LerenaEFE

El muerto está vivo. A la cuarta, el Atlético de Madrid le gana un partido al Barcelona esta temporada, o mejor, media parte; por cinco goles, que es la ventaja con la que jugará el choque de vuelta en el Palau. Pero ese 25-20 en las circunstancias actuales refleja más que una victoria, porque es una inyección de moral en vena pocas veces vista, y con una comunión absoluta con una grada de 11.300 espectadores, que vibró como pocas veces. Hombrados, por lo que representa, fue el hombre del partido (detuvo dos penaltis), pero no el único: Balic, Cañellas, Kallman y Parrondo, no le fueron a la zaga ante el que se tiene por el mejor equipo de Europa de este momento.

La realidad es que fue un espectáculo. Un partido enorme de dos defensas entregadas, y con demasiada tensión y ansiedad, más en el Barcelona, que perdió balones como si fuese un equipo juvenil, cuando nos tiene acostumbrados a que domina el juego y la combinación. Pero la intensidad atlética impuso un ritmo trepidante en uno de esos choques en los que disfruta Balic, porque el croata está fichado para eso, para las grandes tardes. Sus pases los guarda para cuando tiene que dictar lecciones, como este día. Otro que disfruta en estos envites es Rutenka, que se enreda en peleas personales, pero los rojiblancos, Cañellas y Parrondo, no le siguieron la treta, y el bielorruso estuvo, pero a ese nivel genial al que también puede brillar.

Igualadas las porterías, y con la defensa recompuesta del Atlético de Madrid gracias al sacrificio del polivalente Kallman, y con Aguinagalde sin descanso, los rojiblancos fueron tan intensos como los barcelonistas, y aunque a ellos les cuesta más encontrar el gol, lo cierto es que tuvieron paciencia para encontrar la manera de sumar, de tener ventajas, de no rendirse cuando parecía que el Barça encontraba su ritmo.

Es más, el triunfo rojiblanco también fue sufrido y con lesiones: se rompió Kallman, ayer magnífico, y a poco para el final, cuando Parrondo podía disparar al Atlético a siete goles, el extremo se rompió cuando iba a un mano a mano con Sterbik. Cinco goles no son definitivos para la vuelta pero sí sirven para que el Barcelona tenga sus dudas, y el Atlético sus certezas de que tiene opciones de pasar a la Final Four.