LUCHA
Maider Unda, plata europea
La luchadora vitoriana perdió la final ante la rusa Natalya Vorobeva, campeona olímpica, en la categoría de 72 kilos. Es su primer subcampeonato en unos Europeos.
Mientras la lucha se debate entre la vida y la muerte, es decir, entre ser olímpica o no, una guerrera vasca sigue llevando medallas al caserío familiar, donde trabaja como quesera. Es Maider Unda (Vitoria, 1977), bronce olímpico, que ayer consiguió la plata en los Europeos de Tiflis (Georgia) en la categoría de -72 kilos.
Iron Maider, como es conocida cariñosamente, no notó “la falta de rodaje” a la que hacía mención en la previa. Exenta en octavos de final, Unda se deshizo en cuartos de la estonia Epp Mae de manera contundente (1-0 y 2-0 en los dos primeros asaltos). Había llegado a semifinales, un lugar que Maider conoce en los continentales de memoria, pero que hasta ahora nunca había superado. Sus mejores resultados habían sido los bronces de Bakú 2010 y Belgrado 2012. Estaba ante su muro. “Teníamos bronce para fundir”, decía su entrenador Luis Crespo a EITB.
Allí le esperaba la bielorrusa Marzaliuk, aquella a la que le birló el puesto en el cajón olímpico. Maider le tiene cogida la medida, y también en Tiflis le superó. La vitoriana ganó por la vía rápida (1-0 y 1-0 en dos asaltos). La primera gran final de Maider ya era realidad.
La rusa Natalia Vorobeva, la actual campeona olímpica, fue demasiado para la quesera de Olaeta, una pequeña aldea de cerca de 100 habitantes. En el primer asalto ya le superó por 4-0, y en el segundo llegó el 2-0 que ratificaba a la rusa como la mejor luchadora de Europa y, muy probablemente, del mundo. “Con el bronce, acabas ganando y hay otra euforia diferente. Pero cuando pasan diez minutos, te das cuenta de que esto es historia”, continuaba Crespo.
El presidente de la Federación Española, Ángel López Rojo, hablaba de Maider: “Puede ser cuarta, bronce, plata... Lo que está claro es que es de las mejores del mundo. Ya no es una niña, tiene mucha experiencia y lo demuestra en competición”. Su próximo objetivo son los Juegos Mediterráneos de Mersin (Turquía). Su sueño puede continuar en Río 2016. Para los siguientes Juegos, los de 2020, la lucha se juega la vida.