"La UCAM está dispuesta a dar becas a todos los olímpicos"

Por qué es tan importante el deporte para la Universidad?

Hay cuatro pilares básicos: docencia, investigación, evangelización como universidad católica y la promoción del deporte. Hay que estimular a nuestros jóvenes en valores como la competitividad sana, la valentía y la tenacidad y eso está en el deporte.

¿Y cuánto se invierte en deporte al año?

Sin poderle dar cifras concretas, varios millones de euros. Si no es imposible. La titular de la Universidad es una fundación, así que no se reparten beneficios. Van para obras socio-caritativas (Cáritas, Manos Unidas, misiones, casas de acogida). Y al deporte, que es un bien para el hombre.

¿Y de dónde sale el dinero?

De las matrículas. Yo la fundé con mi patrimonio personal, pero insisto en que no obtengo beneficio. Está bien gestionada y ahora hay más de 12.000 alumnos y 650 trabajadores con las matrículas privadas más bajas de España (entre 2.500 y 5.000 euros). Al alcance de mucha gente, y damos de 700 a 1.000 becas anuales.

¿Cómo llega hasta ustedes Mireia Belmonte?

Cuando vi en la prensa lo que pasaba con ella, no daba crédito. ¿Cómo es posible que una deportista que le da tanto a España, que a las cinco de la mañana está arriba, que entrena nueve horas pudiera estar así? Todo producto de la situación económica. Así que dije: '¡Llamadla que la patrocino al cien por cien!'. Se ha matriculado en Comunicación y está muy ilusionada. Podrá entrenar motivada, con un respaldo económico y con su seguridad social. Pensó en dejarlo.

Y David Cal

Le dije al jefe de deportes, 'localízalo que estoy dispuesto a darle un patrocinio importante porque es un ejemplo'. Un gran campeón debe tener garantías. No los ves engreídos, son humildes y me encanta ese tipo de personas. ¡A becarlos ilimitadamente hasta que terminen su práctica deportiva y después que estudien también! Y luego, si podemos, les daremos un puesto de trabajo aquí.

En este mundo que todo se mide, ¿qué interés tiene para una universidad de Murcia patrocinar a una nadadora que se entrena en Sabadell y a un piragüista que lo hará en Río?

Bueno, vendrán también a entrenar aquí y a participar en los campeonatos universitarios. Lo que hay que ver es que estamos haciendo un bien al deporte y a España. Si ahora otros no pueden, moralmente nosotros debemos hacerlo. Es como ver a una familia en el paro Hay que tener esa sensibilidad. Esta es una universidad existencial, un nuevo modelo en Europa. No hay nadie que patrocine a tantos deportistas y equipos impulsados por la fuerza del amor.

¿Qué modelo le inspira?

Me he apoyado mucho en el modelo estadounidense, de donde han salido grandes campeones olímpicos con sus carreras. Aquí tengo estudiando a jugadores de ACB y del equipo de fútbol de Segunda B a los que se les caen las lágrimas cobrando a primeros de mes, estudiando y con su seguridad social.

Con el COE tiene muy buena relación, ¿no?

Alejandro Blanco y Ricardo Leiva, su director de deportes, son dos caballeros. Cuidan de las necesidades de los deportistas, también de los retirados. Les he dicho que estamos dispuestos a becar a todos los olímpicos que quieran estudiar aquí. También a los que han estado en la élite y necesiten de ayuda. No pueden ser abandonados con tantos éxitos como le han dado a España sin la posibilidad de tener una profesión.

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(Se ríe) Habrá que hacer una selección y el COE nos dirá. Una universidad que ama el deporte debe hacer este servicio.

¿Las grandes empresas no aprovechan el tirón de nuestros olímpicos?

Muchas sólo piensan en ganar dinero y podrían hacer mucho bien.

Usted es madridista, ¿no le tentará meter mano ahí?

No, no. Hasta los diez años era del Athletic (recita el once), pero vi al Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento jugar en Cartagena y desde 1960 no me he borrado. Mis catorce hijos y mi mujer son blancos.

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Ha sido un regalo muy grande. Un verdadero caballero del deporte y mejor persona. Un tremendo defensor de los derechos humanos, de los valores éticos y morales. Y eso lo cuidamos de manera especial.

Mantuvo buena relación con Juan Pablo II y la tiene con Benedicto XVI. ¿Dos papas con espíritu deportivo?

Juan Pablo II era un amante del deporte brutal, gran esquiador y montañero. A mí me nombro Consultor del Vaticano para la Familia. Benedicto XVI estuvo incluso en la Universidad varios días y en mi casa Le gusta mucho la marcha, andar.