España, bicampeona mundial
El balonmano español tiene 96.000 fichas y aspira a doblarlas
La Selección logró el domingo su segundo título de campeona del mundo, y como tras el primero en Túnez 2005, ahora se espera una reactivación de este deporte en España.
Por tercera vez en quince años el balonmano español se encuentra con un éxito mediático para revitalizar su deporte, aunque la pregunta es cómo hacerlo. A finales de los noventa fue el llamado Efecto Urdangarin, tan denostado ahora, aunque se quedó en una anécdota la expectación que levantaba el Duque en los partidos del Barcelona. El oro mundial en Túnez, en 2005, tampoco supuso un revulsivo en el número de aficionados, bien como espectadores, bien como practicantes.
¿Y ahora? David Barrufet, exinternacional, abogado del Barcelona y presidente de la Asociación de Jugadores, espera que "este éxito sirva para recuperar el interés por nuestro deporte", y de la misma opinión es el exinternacional Carlos Ortega, actualmente dirigiendo al Veszprem húngaro: "Es un momento decisivo para captar a los aficionados. Lo necesita el balonmano español".
Legado. En realidad, el Mundial estaba pensado por Juan de Dios Román para "dejar un legado al balonmano español organizando este evento". Y ahora, el presidente de la Federación tiene claro que "el balonmano español debe caminar hacia las doscientas mil licencias, más o menos, doblar las que tenemos en la actualidad", explica el extremeño, que no se presenta a la reelección.
De esas casi cien mil licencias actuales (96.258) casi un tercio pertenecen al balonmano femenino (28.795), que tras un pequeño aumento, en las dos últimas temporadas ha bajado su número también por la desaparición de clubes, o por la limitación del número de equipos por culpa de la crisis.