"Me he entrenado nueve horas al día para llegar hasta aquí"
Mireia Belmonte (Badalona, 1990) recibió la visita de AS mientras acababa de tomarse el primer café de la mañana. Ayer fue su día tras las dos históricas medallas de plata logradas en Londres.

Ayer estaba confusa. ¿Cómo está hoy?
Mucho más contenta, ya lo empiezo a asimilar. Estoy impresionada. No estoy acostumbrada a tanta atención mediática. Espero que sea el principio de una mayor cobertura hacia la natación porque es un deporte muy sacrificado, muy duro y, además, es muy complicado conseguir resultados. Son muchas horas de trabajo y espero que ahora estéis un poco más pendientes de los nadadores.
¿Creía en la medalla antes de llegar a Londres?
Antes de venir aquí no se me pasaba por la cabeza que podía conseguir una medalla. Era una cosa impensable. Sinceramente, con llegar a una final y bajar de mis marcas estaba contenta. Ahora tengo mucha más confianza.
Como usted dice, la natación no es un deporte de masas. ¿Explíquele a la gente cómo es un día habitual en su vida?
Me levanto a las 5:00, desayuno, cojo el coche para ir a entrenarme y a las 5:45 entró en la piscina de mi club (reside en el CAR de Sant Cugat y se entrena en el CN Sabadell). Entreno media hora en seco y dos horas y media de natación; después, otra hora y media de gimnasio y, si me da tiempo, voy a estudiar (cursa en la Universidad Autónoma de Bellaterra Administración y Dirección de Empresas), aunque en los últimos meses no he podido centrarme tanto en los libros como quería. Acto seguido, descanso un poco, como y vuelta al entrenamiento con otra hora y media de seco y después dos horas y media de natación. En total, ocho o nueve horas al día. Una paliza, la verdad.
¿Cuántos kilómetros nada a la semana?
Algunas semanas he llegado a hacer 120 kilómetros, algo impensable antes. He mejorado mucho en todos los aspectos en los últimos años, también personalmente.
¿Qué importancia tiene Fred Vergnoux, su entrenador, en todo este cambio?
Hemos crecido juntos y no puedo estar más agradecida. Pienso que no se lo cree mucho todavía. El primer día estaba llorando de la emoción. El entrenamiento ha sido muy diferente porque soy más mayor, más madura y he pedido entrenar mejor. Soy más constante en los entrenamientos, antes era muy inconstante. También cada vez soy más consciente de lo que hago y de por qué. Fred ha sido todo, a nivel mental, deportivo y le agradezco mucho lo que ha hecho por mí y todas las horas que hemos pasado juntos.
Su última plata puso de pie a toda España. ¿Explíquenos cómo vio y cómo se sintió en los últimos 200 metros de la prueba de 800?
Soy una nadadora que va de menos a más, que nada la segunda parte de la prueba mucho más rápido que el resto y tenía esa confianza de que podía acabar mucho mejor que ellas. Lo que intenté es empezar un poco más fuerte para que no se escaparan, y me sorprendí bastante porque tenía muy cerca a las primeras. Pero estaba un poco confusa, no sabía si iba tercera o cuarta. Sólo veía muchos brazos y muchas piernas, y a medida que iba pasando la prueba, cuando vas adelantando a la gente, vas cogiendo más fuerza. Fred siempre me ha dicho que tenía posibilidades de ganar y yo le decía que era muy aburrido, pero al final sí me ha gustado.
¿Le tendrá más cariño a esta medalla o a la primera?
Las dos medallas valen igual. Esta es un poco más luchada que la otra porque era más larga la prueba. Pero todas las rivales eran muy fuertes y antes de empezar no sabes lo que va a pasar porque todo el mundo está muy fuerte en esta competición. Ganar ayer a Rebecca Adlington (doble campeona olímpica en Pekín 2008) era impensable. Ella era la favorita, tenía a todo el público a favor y antes de salir a la piscina se derrumbó para animarla.
¿Ha pasado algún momento malo en estos Juegos o en su preparación? ¿Ha pensado en dejarlo alguna vez?
¿Dejarlo? Nunca. Siempre he disfrutado mucho y sabes que tanto trabajo puede tener su recompensa. ¿Pasarlo mal? Lo he pasado mal cuando vamos a Sierra Nevada, porque son entrenamientos muy duros, y con el problema del asma me cuesta el doble. Son entrenamientos extenuantes, no sales casi del centro de entrenamiento. Pero, al mismo tiempo, disfrutas por el ambiente que hay de todos mis compañeros del CN Sabadell. Siempre hay compañeros que tratan de sacar una sonrisa, aunque no estás bien.
Usted es ahora mismo el referente de la natación y del deporte en los Juegos...
No soy la única referente de la natación porque todos tenemos que ser referentes, porque llegar aquí es muy importante para cada uno de nosotros. En la Villa sí he notado el apoyo de los deportistas españoles por mis resultados.
¿Sabe que estos Juegos se van a recordar como los Juegos de Mireia?
Nunca los voy a olvidar. Todavía no me lo creo, porque estamos como aislados y no salimos de la Villa, pero cuando llegue a casa y tenga el calor de los míos, lo iré asimilando poco a poco. Seguro que mis medallas tienen que ser el inicio de muchas medallas que van a venir estos días. Tranquilidad.
Antes, eran los hombres quienes daban más alegrías en la natación. Ahora, en cambio, del equipo de 13 miembros hay 11 mujeres. Y hasta la fecha, las tres medallas de la delegación española han sido de chicas. ¿Qué le parece?
En natación una medalla de un hombre y otra de una mujer valen lo mismo. Antes, había más tradición de que los hombres ganaran las medallas, pero eso está cambiando. Creo que es bueno porque la mujer puede hacer deporte, lo hace además bien y se esfuerza igual que lo hace un hombre.
Sergi López, medallista en Seúl 88 y ahora entrenador de natación en Estados Unidos, dice que las medallas que usted ha ganado tienen mucho más mérito que la que él logró hace 24 años. ¿Qué opina?
Sergi es una persona que admiro mucho porque consiguió un bronce hace muchos años y su mérito es igual que el mío. Tienes siete rivales y es natación.
¿Es consciente de que a partir de ahora se le va exigir mucho más?
La primera que me exijo siempre soy yo. Siempre intento dar lo máximo de mí en cada entrenamiento. Sé que me van a exigir más y tengo muchas ganas de competir en el Mundial del año que viene (en Barcelona). Nunca he hecho una competición internacional tan importante en casa y, además, podrá estar mi familia allí, que esta vez no ha podido acudir a Londres. Fue una lástima que no vinieran.
¿Se ve con límites?
Lo de que no tengo límites lo dice Fred, yo no estoy muy de acuerdo con él. Es difícil decir que no tienes límites. En el Europeo me salió muy bien el 1.500, quedando muy cerca del récord de España de Erika Villaecija. No sé todavía en qué voy a competir en el futuro. Ahora toca descansar, hacer vida de gente normal y corriente y después cuando empiece a entrenar otra vez pensar en Barcelona.
¿Sabe ya cuándo se lanzará en paracaídas?
No, también dije muy rápido que mi madre se tiraría conmigo.
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¿Qué hará en el tiempo que le queda en su ya inolvidable Londres?
Ir de compras, al London Eye y ver un poco la ciudad. Mañana (por hoy) ya regreso a casa. Ya hay ganas de volver a estar con la familia y celebrarlo.