La china que nada como un hombre compite de nuevo
Múltiples reacciones el día después de la proeza de Shiwen Ye. La natación china comenzó ganando más medallas en el primer día de competición que en los tres Juegos anteriores.

La prensa china sacaba pecho. "Lochte puede dar gracias de que Ye Shiwen sea una mujer", bromeaba la agencia oficial Xinhua. Hasta la protagonista de esta historia olímpica se quedó sorprendida. "A mitad de la prueba creí que no tendría opciones, pero luego, en la braza, remonté y confiaba en mi estilo libre, el mejor. También me sorprendí al ver la marca final. Esto es un trabajo científico y duro", razonó.
Científico y duro. Dos palabras que definen la preparación de los nadadores chinos, que han conseguido en dos días de competición los mismos oros que en los tres Juegos Olímpicos anteriores. Este cambio de chip -lejos de la sombra sobre dopaje fundada en los 43 positivos entre 1990 y 2005- comenzó a fraguarse en 2001, cuando el Comité Olímpico Internacional designó a Pekín como sede de los Juegos de 2008. China quería ganar en el medallero y por eso apostó por invertir en deportes que diesen muchos podios. Sin duda, uno de ellos es la natación.
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Se crearon 30.000 colegios deportivos para cazar a los talentos y educarlos con duros entrenamientos. Uno de esos talentos era Ye. Su profesora le recomendó que probara la natación porque tenía las manos muy grandes. Entró en la piscina ubicada en la Zheijang University, la tercera más importante del país. Xiang Hao Mu, el mejor técnico chino, es uno de los secretos de esta creciente natación. Su reputación llega a Estados Unidos, donde ha dado ponencias sobre el entrenamiento acuático. Lo que él comenzó lo ha seguido ahora un grupo de técnicos chinos con asesoramiento externo, sobre todo de australianos. Hay chinos, como Yang Sun, que se entrenan en ese continente.
El técnico oficial de Ye es Hao Qiang. Junto a él, el inglés David Liles. Tras la proeza en los 400, hoy le toca en los 200 estilos, su prueba favorita: tiene la segunda mejor marca de las participantes y en el pasado Mundial logró ser campeona, con sólo 15 años. Con 14 ya nadaba y ganaba competiciones en Asia. Pero la natación china es habilidosa en el secretismo. Ye, la princesa de Londres, puede seguir siendo la sensación acuática.