Una discutida decisión dejó sin bronce a Sugoi Uriarte
Quería llevar las flores a su madre, fallecida hace un año


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Sugoi Uriarte había fijado una cita al llegar a Vitoria. Las flores del podio tenían un destino: la tumba de Carmen, su madre fallecida en febrero de 2011, la que les inculcó a él y a sus hermanos Maier, Gar y Eritz un espíritu de lucha que ayer estuvo a punto de culminar con un bronce. La que los dirigió cuando su padre desapareció de casa. La que alentó a Sugoi, 28 años ahora, a que se asegurara el futuro con los estudios cuando con 18 años se trasladó a Valencia a mejorar su judo. Llegaron una plata mundial en 2009, un oro Europeo en 2010, una ingeniería técnica electrónica y otra superior en organización de empresas.
Sugoi Uriarte: "No vieron el mismo combate que yo"
La historia merecía un final feliz, pero no lo hubo. Tras cuatro victorias, el húngaro Ungvari le apartó de la lucha por el oro con un yuko justito ("no lo vi", decía el seleccionador). Luego llegó el combate con el surcoreano Cho. Tras cinco minutos, ninguno marcó. Se entró en la lotería del punto de oro. No lo hubo. Sugoi, más combativo, levantó la mano creyéndose medalla. Pero los tres jueces dieron la victoria por decisión a Cho. Las flores tenían otro destino. Hoy es turno de Conchi Bellorín (-57 kg) , la tercera bala.