Rusia es otro peligro dentro de la gran selva olímpica

Los peligros de la selva. La conciencia general dibuja la medalla de plata como un mal menor y eso es tener sin comer un fin de semana al pitbull del vecino. No hay cruz más peligrosa que la inadvertencia. Sabemos lo aprendido y lo aprendido es lo visto, pero nos quedan cosas por divisar y descubrir. Estados Unidos nos refrescó la memoria en Barcelona. Con menos melena pero sigue siendo el león, el rey de esta selva. Y quizás acechen otros peligros. Hay reptiles de camuflaje y hasta algún insecto que te pica y no vuelves a ser el mismo, si es que vuelves. España no se puede permitir ni un solo error desde la inauguración a la clausura. Primero porque un desliz en la primera fase te cruza con Estados Unidos antes de tiempo, de la final. Y es obvio que en cuartos de final o semifinales una mopa mal pasada deriva en un resbalón que te empuja fuera del pódium.

Otro gallo en el Grupo­. Rusia es un peligro. Tiene tamaño, defensa y físico para anular a nuestros ases. Si saldan problemas pasados de egos o motivación, el sábado día 4 se nos puede hacer muy largo, obligándonos a una partida de descartes y comodines. Rusia no enamora con los nombres tanto como Brasil, Argentina y Francia pero tiene olor y sustancia de caviar ossetra o beluga.

Las preocupaciones­. Actualmente jugadores como Pau Gasol, Ibaka, Calderón y hasta Felipe Reyes son los hijos a los que les dedicas menos atención porque nunca te dan un disgusto con las notas. La clave de España estará en el rendimiento (por físico y estado de forma) de Navarro y Rudy Fernández. Y en el hombro de Marc Gasol. Más en el hombro que en el tobillo, porque con un tobillo mal se puede jugar bien y el hombro está más cerca de la muñeca... y también de la cabeza.