A Gasol no le acreditaron y entró al país como turista

La Selección de baloncesto no tuvo ayer un plácido aterrizaje en Londres, donde a partir del día 29 lucharán por lograr la medalla olímpica en la cita londinense. Y es que desde que pusieron pie en tierra, todo fueron obstáculos. Primero, con las acreditaciones. Tras llegar al aeropuerto de Heathrow, los jugadores acudieron a la oficina de acreditación que la organización recomienda para poder tener todos los pases en regla. Todos lo hicieron sin problema menos Pau Gasol y Fernando San Emeterio. Al parecer, no correspondían algunas letras entre la documentación que se tenía en Londres y la que aparecía en los pasaportes. Esto retrasó considerablemente la llegada a la Villa Olímpica, hacia la que sólo se pudo partir cuando los dos jugadores entraron como un turista más, y no como un deportista acreditado.

Pero eso sólo fue el inicio. A la llegada, el transporte del material tuvo numerosos problemas. "Ha sido una locura", se contaba entre miembros de la expedición. Después, tocaba alimentarse, pero ni allí se pudo tener la tranquilidad suficiente, en un comedor abarrotado. Luego lo contó el propio Pau Gasol en la rueda de prensa posterior a un entrenamiento al que, por supuesto, también llegaron con retraso: "El incidente del aeropuerto, las distancias que hay en Londres, pasar la seguridad, no sabes dónde está nada son las cosas del primer día".

Incluso reveló que no le habían llegado los zapatos y que le tenían que arreglar el traje para la ceremonia inaugural, donde será el abanderado, si bien es cierto que los problemas no le abaten: "Estoy muy ilusionado por el momento y por la oportunidad. Es un orgullo portar la bandera de tu país".

Día a día.

En el plano estrictamente deportivo, la indiscutible estrella española dijo que el grupo no mira más allá de China, primer rival olímpico este domingo, ya que se trata de un conjunto con jugadores de calidad. Pero no evitó referirse a Estados Unidos y al último amistoso, en el que la Selección cayó con bastante claridad ante el que ya se compara con el Dream Team de Barcelona 92: "Ese partido demostró que ellos están muy fuertes y que para ganarles debemos jugar muchísimo mejor. Nos ayudó a poner los pies en el suelo y concentrarnos para lo que viene. Porque lo bueno empieza el día 29".