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Waterpolo | Joan Serra volverá a la ciudad donde fue olímpico hace 64 años

"En 1948, Londres nos parecía otro mundo"

Joan Serra (Sabadell, 1927) es uno de los pocos olímpicos con vida que estuvieron en los Juegos de Londres, en 1948. El CN Sabadell, su club, le invita a regresar al punto de partida 64 años después. AS repasa con él estos Juegos de la Posguerra.

<b>TRAS 16 JUEGOS. </b>Joan Serra posó para AS con una pelota de waterpolo en el CN Sabadell el pasado lunes, 64 años después de ser olímpico.

Joan Serra nunca olvidará cuando en la inauguración de los Juegos de Londres, en 1948, la organización lanzó una bandada de palomas por el estadio de Wembley como símbolo de la paz. "Algunas de ellas iban flojas de vientre. ¡La mayoría acabamos manchados!", recuerda al mismo tiempo que se le escapa la risa. También deja un rincón en la memoria para el cocinero español que les servía la comida en Rychmond Park, donde se ubicaba la Villa Olímpica, cuyos habitáculos eran los barracones de las RAF (las fuerzas aéreas británicas en la Segunda Guerra Mundial): "Teníamos todos los lujos. No había rastro de la guerra. En España había penuria y en Londres comimos como nunca, era otro mundo. Al cocinero le pedíamos butifarras, alubias, huevos fritos...". Este exportero de waterpolo -que siempre ha trabajado en el negocio del textil- se convertirá en el único español que repetirá experiencia olímpica en Londres (invitado por el CN Sabadell), 64 años después de que lograra el octavo lugar con la Selección en los Juegos de la posguerra. "Hicimos un gran torneo. De los 20 participantes terminamos octavos. Recuerdo que ganó Italia, que tenía un equipazo. Ahora los tiempos han cambiado y España es una potencia mundial. Creo que tiene muchas opciones de medalla, pero dependerá también de los arbitrajes. Son determinantes en el waterpolo y hay mucha igualdad entre Hungría, Serbia, Croacia, Montenegro...".

Serra aprovechó el viaje y la experiencia para satisfacer también a sus amigos. "Me pidieron que les comprara muchas cosas y me escapaba de la Villa. No sabía inglés, pero me entendían. Iba al centro a comprar sellos, piezas para la moto Luego, todo para la maleta", explica. La noche también daba mucho juego. "Las chicas inglesas aprovechaban sus días libres para acercarse a la Villa. Los españoles estábamos muy bien vistos, pero sólo había besos y abrazos", matiza apresuradamente.

Entre tantas vivencias, también les quedaba tiempo para ver otras competiciones. Serra quedó prendado de uno de los mejores atletas de siempre. "El ídolo era Zatopek. En sus primeros Juegos ya era una locomotora. Luego, me marcaron los americanos. Siempre tenían grandes atletas y nadadores. Estaban un punto por encima", reflexiona.

A sus 85 años, no pierde vitalidad: aún nada y juega a tenis dos o tres veces a la semana. Por sus venas corre sangre olímpica. En Londres estará del 1 al 5 de agosto, pero espera que, en esta ocasión, no vuelen palomas en la inauguración.