El Giro en 31 segundos

Poco se le puede reprochar a Purito Rodríguez a lo largo de estas tres semanas de Giro. En la previa, en Dinamarca, ya avisó de que aspiraba "a lo máximo". Y así ha sido. Ha honrado la maglia rosa en cada jornada. Hoy se juega subir a lo más del alto del podio en la crono de Milán: 30 kilómetros en los que defenderá 31 segundos respecto al canadiense Ryder Hesjedal. Los precedentes no son halagüeños, pero el catalán no se ha visto en otra así en su vida.

Purito apostó a campeón en el Mortirolo. Lo intentó dos veces en la nueva vertiente, a ocho y siete kilómetros de coronar. Hesjedal saltó inmediatamente a su rueda en ambas ocasiones. Los últimos dos de ascensión, de cemento y con rampas del 22%, tampoco provocaron diferencias entre los favoritos. Sí ofrecieron una preciosa imagen de la pasión con la que viven su carrera los tifosi italianos, y otra que debería evitarse: ciclistas que echaban pie a tierra porque los coches obstaculizaban su camino al no poder con semejantes porcentajes.

En el Mortirolo sólo se produjo un movimiento importante: Thomas de Gendt aprovechó que sus compañeros Carrara y Denifl circulaban por delante, y se lanzó a por el cajón. Cunego, que pasa de Scarponi y va a lo suyo, contactó con los vacansoleil. Izagirre y Nieve se marcharon tras su estela. Se trataba de una ofensiva de segundos espadas, y los gallos les dejaron hacer. Sin embargo, entre supervivientes de la fuga y atacantes, se formó un grupo que sacaba cuatro minutos antes de comenzar el Stelvio. La maniobra se convirtió en un all in de De Gendt. El Garmin de Hesjedal asumió la responsabilidad de la caza cuando el todoterreno belga acariciaba ya la maglia rosa.

Pulso final.

Después de quemar a su equipo, el tallo canadiense recibió una tímida ayuda de Henao y Urán, aunque tuvo que ser él mismo, como Evans ante Andy Schleck en el Galibier para asegurar su victoria en el Tour, quien apretara en la persecución de De Gendt, que había soltado a Cunego y Nieve a 13 km de meta. Ese ritmo fundió a Basso, Pozzovivo, Henao, Urán y Gadret. Sólo Purito y Scarponi resistieron la cronoescalada de Hesjedal, y a los dos se les adivinaban arteras intenciones: rematar al gigante en cuanto dispusieran de una oportunidad.

Scarponi arrancó a dos kilómetros de la cima. El catalán consintió su jugada, porque abrió gas cuando sólo quedaban 800 metros, rebasó al italiano y sacó 14 segundos a su máximo rival. Purito defenderá hoy su renta en una disciplina que le ha privado de lograr cotas mayores en las grandes. La más extraordinaria, conquistar el Giro, se encuentra a sólo 30 km, con 31 segundos de margen.