Rosa Fernández, de vuelta a España 'sin' el Annapurna

Rosa Fernández regresó a España en buen estado físico, reconociendo que los propios sherpas le habían asegurado que "nunca había nevado tanto en el Annapurna", comentó que muchas noches soñaba con las grandes avalanchas que le privaron de llegar a la cumbre y que está dispuesta a tomar la bicicleta para realizar este verano la Travesía de Lhasa a Katmandú, pasando por el campo base del Everest, e intentar escalar en septiembre al Shisha o al Cho Oyu.

Rosa Fernández dijo al llegar a Madrid que "siento mucho la desaparición de Tivor Horvath. El montañero húngaro había colocado su tienda junto a la mía en el campo base del Annapurna y tenía fuerza, juventud e ilusión. Dicen que pudo desaparecer por culpa de una avalancha. Las estadísticas del Annapurna se cumplen escrupulosamente y tanto yo como Carlos Soria sabíamos que intentar llegar a la cumbre encerraba muchísimo peligro".

Rosa Fernández no ha tenido ningún problema físico, ha respondido bien al tratamiento específico que tiene para su cáncer de pecho y ha llegado dispuesta a "coger nuevamente la bicicleta y ver a mis compañeras del equipo Una a Una. Vamos a realizar este verano la travesía del Himalaya y luego concretaré con mi gente si subo al Shisha, de 8.027 metros de altura o si me enfrento al Cho Oyu, de 8.201, la sexta montaña más alta del planeta. La bicicleta me permitirá adaptarme nuevamente a la altura y luego en septiembre intentar mi séptimo ocho mil".

La montañera asturiana ya ha descartado intentar subir al K-2, ya que ha permanecido más tiempo del planificado en Nepal. Con relación al Annapurna, comentó que "nunca la montaña se había mostrado tan violenta y con tanta nieve". Rosa siempre ha estado muy unida al abulense Carlos Soria, que también decidió dejarla para el año que viene. No obstante, ella cree que "tendré que disponer de un informe meteorológico muy favorable para volver a intentarlo. El Annapurna me ha demostrado hasta que punto su fama de montaña peligrosa es verdad".