Isinbayeva da prestigio a los Mundiales de bolsillo

La última vez que la pertiguista Yelena Isinbayeva subió a lo más alto del podio en una gran competición internacional fue en los Juegos de Pekín 2008. Segundo oro olímpico para la rusa. Pero como el mundo del deporte es caprichoso, la zarina pasó de las cumbres a las simas, del oro a la chatarra, de la sonrisa a las lágrimas. Una travesía del desierto, amargada aún más por el hecho de que aquellas que le arrebataban la corona no eran mejores, sino que ella, simplemente, era peor.

Ahora, hace no muchos días, ha regresado a lo más alto, ha subido a 5,01 metros en pista cubierta, récord del mundo. Para confirmar su vuelta a los cielos, Yelena necesita una medalla de oro en una competición de élite. La busca en los Mundiales indoor de Estambul. La final es el domingo. Atrás habrán quedado los fracasos del Mundial de Berlín (cayó en la calificación), de los Campeonatos del Mundo en pista cubierta de Doha (cuarta) y del Mundial de Daegu (sexta). Isinbayeva tendrá como principales rivales a la estadounidense Jenny Suhr (4,99), aunque podría ser baja de última hora; la británica Holly Bleasdale (4,87) y la alemana Silke Spiegelburg (4,77).

Pero los Mundiales de Estambul no van a ser sólo los de Yelena Isinbayeva. Una docena de campeones mundiales vigentes defenderán su título en una competición que será antesala de los Juegos Olímpicos de Londres. Y algunos de los candidatos a triunfar en la capital británica estarán este fin de semana en la ciudad turca.

Otros atractivos.

Los principales enfrentamientos los protagonizarán el estadounidense Bernard Lagat y el británico Mo Farah en 3.000 metros, y la rusa Tatyana Chernova y la británica Jessica Ennis en pentatlón. Destaca la ausencia de Asafa Powell en 60 metros. El jamaicano ha vuelto a la pista cubierta después de ocho años de ausencia, pero no ha conseguido clasificarse para los Mundiales. Es el tercer mejor corredor de 60 de su país y sólo pueden competir dos atletas por prueba.