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GOLF

Hunter Mahan, puro golf

El norteamericano gana el Campeonato del Mundo Match Play, frustra la subida de McIlroy al número uno del mundo y se sitúa entre los diez mejores golfistas del planeta

Fernando López
Actualizado a

Hunter Mahan no será muy conocido fuera de los corrillos que se forman en torno al golf. Su nombre, cazador en español, no figura entre los ganadores de ningún grande y eso puede colarle en un injusto montón atribuido a los 'perdedores'. Nada más lejos de la realidad. Con 29 años Mahan acaba de batir un récord, tan sólo al alcance del ilustre Tiger Woods. Es el segundo jugador que consigue ganar dos torneos del circuito mundial, ese que enfrenta cuatro veces al año a los mejores jugadores del planeta, antes de los treinta. Si en 2010, el 'Cazador' ganaba en el duro campo de Firestone (Akron, Ohio) el prestigioso Bridgestone Invitational, ayer se imponía en el Campeonato del Mundo Match Play (Dove Mountain, Arizona) al norirlandés Rory McIlroy, al que aplastó en los primeros 10 hoyos para luego dejarle morir lentamente. Es sólo su cuarta conquista de su carrera, pero, por el prestigio de sus copas, se intuye que Mahan sabe que torneos debe ganar. Y, casi siempre, lo hace.

La victoria de Mahan está llena de gestas. En el torneo, que enfrenta a 64 golfistas en duelos a muerte hasta que sólo uno quede vivo, ha pasado por encima de sus rivales como si no estuviesen allí. Excepto en primera ronda, donde el norteamericano sufrió más de lo que esperaba ante su compatriota Zach Johnson, al que sólo pudo ganar en un tenso desempate, el equilibrado y potente 'swing' de Mahan ha despachado rivales. Desde que en el tercer hoyo de la segunda ronda Mahan fuera perdiendo ante Yang, el estadounidense no ha estado por detrás en el marcador en ningún momento (74 hoyos seguidos sin tener que remontar). Además es el que más 'birdies' (35) ha hecho en el campo de Dove Mountain, un paraje más propicio para un 'western' que para inventarse 18 hoyos, y el que más hoyos ha ganado (36).

El dato más concluyente, y el más impactante según señala el propio Mahan, es que el estadounidense ha eliminado a tres vencedores de algún 'major': el propio Johnson, el coreano Y. E. Yang (5&3) y el mencionado McIlroy (2&1), número dos mundial llamado a dominar el gallinero que es golf tras la debacle de Tiger. Además, Mahan destrozó a Steve Stricker (4&3) y Matt Kuchar (6&5), dos de los principales espadas de Estados Unidos, país otrora primera potencia mundial, hoy inmerso en un tremendo envite por mantener ese prestigio. Y se deshizo del correoso Mark Wilson (2&1).

Pero la historia tiene truco. Tentado por el bajón en su juego que no le satisfacía tanto como esperaba (fue el golfista más prometedor del país entre 1999 y 2003) y por perder hace cuatro meses un torneo en el 'playoff' ante Bill Haas que le habría reportado casi 10 millones de euros (TOUR Championship y FedEx Cup), Mahan acudió a un psicólogo. Y su visión del deporte cambió. Dejó de suponerle una presión y dio un respiro a su vida, como asegura su mujer, Kandi. "Supongo que he sorprendido a mucha gente. Pero es porque he jugado bien y si no, siempre he encontrado algo bueno a lo que sujetarme. Siempre hay algo bueno cada día, algo de lo que puedas aprender. Eso es lo que hago y estoy muy orgulloso", dijo nada más ganar ayer. No era todo. Mahan, habitual en las convocatorias de Ryder Cup, ha encontrado otro premio. Hoy se ha levantado noveno en la clasificación mundial, su tope, pero parece una cima insuficiente para el californiano. Porque Mahan es golf, puro golf.