Nueva Zelanda cae en las apuestas sin Carter

Como si de un terremoto se tratase, la lesión del neozelandés Dan Carter ha provocado primero un temblor de tierra, en forma de pánico de los aficionados locales, y ahora un tsunami que está barriendo las casas de apuestas.

Al iniciarse el Mundial los expertos condicionaban sus pronósticos a un detalle, "que Carter llegue a la final sano y salvo". Más que un vaticinio pesimista, la previsión se debía a la inexistencia en la convocatoria kiwi de un sustituto de garantías. Carter, el mayor anotador de la historia del rugby, por delante de Jonny Wilkinson, es además el punto sobre el que gravita el juego de ataque de los All Blacks. De ahí que más de uno mirase con recelo la lista elaborada por Graham Henry. La alternativa es Colin Slade, joven de 23 años que pese a ser el cuarto anotador en este Mundial ha completado actuaciones grises en pateo y manejo del equipo. De hecho, cuando Carter se rompió, se ofreció a escribir una carta pública respaldando a Slade. Pero el triunvirato de técnicos (Graham Henry, Steve Hansen y Wayne Smith) declinó el ofrecimiento porque ni ellos mismos tienen claro si darán la alternativa a Slade o colocarán de 10 a Piri Weepu, mediomelé con muchas batallas encima que conoce a la perfección los resortes del ataque kiwi.

Candidatas. Mientras esto ocurre, las apuestas comienzan a decantarse hacia otras candidatas al título. Gales e Irlanda han disparado sus opciones en las casas de apuestas tras su gran primera fase. Pero dragones e irlandeses se cruzarán y uno quedará fuera. Ganan posiciones Sudáfrica y Australia, que se enfrentarán el domingo (07:00 horas), e Inglaterra, que se medirá (09:30) a una Francia en la que no tienen ninguna fe los apostantes. El inesperado triunfo de Argentina sobre los All Blacks se paga 200 a 1, por lo que no parece probable que ocurra. Pero si el lunes las apuestas estaban 1,50 para Nueva Zelanda, el martes descendían a 1,60 y ayer a 1,70. Existen dudas, y son razonables.