Piragüismo

Craviotto y Perucho: un molinillo hacia Londres

La distancia K2-500 en la que ganaron en Pekín ha pasado a 200. En el Mundial tendrán que ir a 35 paladas más por minuto

Craviotto y Perucho: un molinillo hacia Londres
Jesús Mínguez
Nació en Guadalajara en 1973. Licenciado en Periodismo por la Complutense. En AS desde el año 2000, es redactor jefe de Más Deporte. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos y unos Paralímpicos, Grand Slams de tenis, Davis, Laureus, candidaturas olímpicas, política, dopaje o grandes combates de boxeo. Le gusta escribir de deporte y también practicarlo.
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Saúl Craviotto (Lleida, 26 años) y Carlos Perucho Pérez Rial (Aldán, Pontevedra, 32) se trajeron de Pekín 2008 el oro olímpico de K-2 500 metros. Un estallido prodigioso de fuerza de poco menos de minuto y medio (1:28.736) que les elevó a lo más alto del podio. Pero para intentar revalidar en Londres 2012 han tenido que cambiar totalmente el chip y los entrenamientos. "La Federación Internacional decidió eliminar la distancia de 500 y sustituirla por los 200, para ganar espectacularidad. De tener una prueba dominada a afrontar un reto ?xplica Craviotto? Pero no nos va mal".

Platas.

De hecho, han sido plata en los dos últimos Mundiales (Canadá 2009 y Polonia 2010), pero desde el día 17 afrontarán la reválida de palear hacia la clasifi cación olímpica en Szeged (Hungría), donde la piragua es religión. "Habrá una grada para 60.000 personas, porque allí los piragüistas son tan famosos como los futbolistas... Están todo el día en la tele", cuentan.

Los seis primeros se meterán en los Juegos, pero para llegar hasta ahí Craviotto y Perucho, con la dirección técnica de Miguel García, han tenido que cambiar la forma de palear para ese supersprint. "Ahora te lo juegas todo en unos 31 segundos. El gesto de la palada es más explosivo y cualquier fallo en la salida te mata, porque hemos llegado a perder el oro mundial por dos milésimas. Desde que se levanta el cepo, hay que estar muy metido", explica Saúl.

"De las 125 paladas por minuto a las que íbamos en el 500, hemos tenido que pasar a las 160. Es decir, una frecuencia de 35 más. Ahora somos como el molinillo que aplica Alberto Contador en las subidas y hemos tenido que bucear en técnicas de otros deportes, como el atletismo o la natación, para lograr un mayor rendimiento", acota el leridano, 192 centímetros y 88 kilos de músculo. Junto a Perucho (1,82, 85 kg) puede desplazar hasta 30 toneladas de peso en cada sesión en el Embalse de Trasona, en Asturias.

Fuerza.

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¿Qué hacer para ganar más explosividad? "El peso ofi cial de la piragua son 18 kilos y hemos estado metiendo pesas dentro: siete más que vamos quitando progresivamente estos días para ir volando. De esta manera ganamos potencia y también hemos trabajado mucho la fuerza explosiva en el gimnasio, con una máquina específica que hemos conseguido y nos mide la velocidad de trabajo con los pectorales y dorsales", relatan.

El esfuerzo brutal de tipo anaeróbico (en déficit de oxígeno) hace que el ácido láctico suba hasta las orejas, como se dice en el argot. "Hacemos series y series para irlo tolerando más. Al principio, acabas con ganas de vomitar", describen. Un trabajo concienzudo que la semana próxima les debe dar la tranquilidad del pasaporte olímpico. "Estamos preparados para dar otro gran salto". Cuatro años. 160 paladas. Medio minuto.

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