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Hípica

Ascot cumple 300 años de carreras y excelencia

El mejor meeting de caballos del mundo y a su vez, el más lujoso.

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Ascot cumple 300 años de carreras y excelencia
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El hipódromo de Ascot celebra su tricentenario, 300 años de carreras de caballos, pero también de excelencia, de clase, de elegancia y distinción.

Fue la Reina Ana, en 1711, quien vio en las laderas de Ascot un tremendo potencial para que los caballos galopasen, y así, el 11 de agosto de 1711 se disputó la primera carrera. Hoy Ascot tiene el honor de ser el mayor evento social en el calendario de Inglaterra, y cada año celebra el Royal Meeting Ascot, la mejor reunión de caballos del mundo. Dura cinco días, de martes a sábado.

Trescientos años celebrándose carreras en el mismo sitio, el mismo terreno. ¿Conocen algún escenario o deporte con semejante solera? En 1711 no existían el fútbol, golf, tenis, baloncesto y ni siquiera los Juegos Olímpicos modernos. Ni siquiera había nacido Estados Unidos (1776). Mejor no seguir y quitarse el sombrero.

Procesión real. Ascot es único, es historia y también tradición. En 1825, el rey Jorge IV impuso la Royal Procession, y desde entonces la familia real sale de Windsor en carruajes, llega a Ascot, se presenta delante del público recorriendo toda la recta de tribunas y para en el paddock. El martes, la procesión la encabezó la Reina Isabel II acompañada por su marido el Duque de Edimburgo. Un carruaje detrás iba el heredero Carlos junto a su esposa Camila, y cerrando el desfile Beatriz y Eugenia, las hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson. Ambas llevaban tocados más sobrios que en la reciente boda de su primo Guillermo (hijo de Carlos y Lady Di). Una vez más, Ascot por encima de todo.

Este año no había ningún caballo español, pero Inglaterra nos hizo un guiño: corrió uno de nombre Ballesteros, en honor a su querido Sevi. Cuidan la tradición y nunca olvidan a sus héroes.

Ascot es único, y hoy, mañana y en 300 años venideros, siempre habrá una voz que anuncie And They're off (y están fuera). Y los caballos saldrán de los cajones y todos, reyes, aristócratas, ricos y pobres, buscarán al único al que todos inclinan su grandeza: el caballo. Y a ser posible, con elegancia. Ascot.