R.C.D. MALLORCA 7 - 8 F.C. BARCELONA
El Barça suma seis victorias esta temporada
Los jugadores mallorquinistas se retiraron entre aplausos de su público y con la mente puesta en el partido de vuelta, para el que han dejado todo por decidir.
El Mallorca estaba dispuesto a hacer creer a sus aficionados que el traspiés del partido ante el Barcelona de la Temporada Regular sólo fue eso, un desliz. Los barcelonistas por su parte querían encontrar desde el inicio las buenas sensaciones que les están haciendo cuajar la mejor de las temporadas posibles, con pleno de victorias en los cinco encuentros disputados hasta la fecha.
Es cierto que esta noche no contaban con Sergi y Milla y que en el cuadro bermellón hace tiempo que su técnico, Pep Jaume, ha dejado de hacer probaturas para decantarse por un equipo tipo, que es bien reconocible por los seguidores de este deporte. Sólo Engonga por lesión no repetía con la convocatoria ante el Athletic, lo que da una idea de que sabe lo que quiere, a qué juega y con quién lo hace. El Barça, a pesar de estas dos bajas llegaba a Mallorca con un equipo más que cualificado para arrancar un resultado positivo en una isla conocida por muchos de los componentes del equipo. Hasta cuatro jugadores de la expedición vistieron la camiseta mallorquinista hace unos años, con lo que para ellos era como una vuelta a casa, a recuperar las buenas sensaciones que tuvieron sobre el césped, pero esta vez, en la moqueta del Palma Arena.
El partido empezó muy movido y como se preveía, con un Mallorca muy bien pertrechado en defensa y con el Barcelona creando más juego, más fútbol, sobre todo en las botas de Carreras, muy dinámico en la primera parte. Fue Albert Tomás el que adelantó a los suyos a los cuatro minutos, pero su gol fue recibido por los bermellones como un aviso de lo que no podían hacer, dejarse ir. Así que Campo tiró de galones en la retaguardia, controlando el juego como hacía en sus tiempos. Así tenían posibilidad de montar peligrosos contragolpes que se materializaban en gol.
Miguel López estuvo sensacional en las tareas ofensivas y todo lo que tocaba iba para adentro, sin contemplaciones, como hacen los tanques como él, no exento de calidad. El peligro era constante para la portería defendida por Angoy, al que sus compañeros dejaban sólo en las llegadas de los baleares. Con tres goles de diferencia a su favor el Mallorca quería el dominio de la pelota, pero le costaba enlazar dos pases en zona peligrosa, todo lo contrario que el Barcelona, que tocaba y tocaba pero no conseguía ver puerta hasta que Ezquerro se sacó de la manga un remate precioso ante la oposición de un defensa mallorquinista que se coló como una exhalación en la portería bien defendida por Molondro. Carreras se crecía conforme pasaban los minutos y se apoyaba en la pegada del navarro para resolver cuando le dejaban.
El Mallorca abrió distancia poco antes de llegar al descanso, de dos goles, insuficiente para doblegar los ánimos de los blaugrana, que empataron el encuentro en dos fogonazos de Moreno y Pinilla, con dos soberbios lanzamientos lejanos.
La segunda parte empezó con muchas ocasiones de gol, pero sin fortuna para ninguno de los dos equipos. La afición alentaba desde las gradas, queriendo empujar a los suyos en busca del primero y Montiel quiso recompensarlos lo antes que pudo, no pronto pero sí de manera efectiva al adelantar a los suyos con un buen disparo. Respondió rápido Pinilla tras un saque de falta que entró llorando, pero de nuevo Montiel adelantó a su equipo. El partido había entrado en una dinámica peligrosa, donde las defensas férreas habían dejado paso a las contras y a un partido loco, más bonito de ver para los espectadores, pero que no siempre gustan a quiénes entienden de esto.
Santi Ezquerro empató el partido y así fueron pasando los minutos hasta llegar a los cinco últimos, cuando el Barcelona, tras una preciosa jugada combinativa el Barça se adelantaba por primera vez en el partido por medio de Lluís Carreras, tras un pase de Pinilla. Los de Pep Jaume intentaron apretar para, al menos, no perder el encuentro, pero sabedores también que dentro de una semana se verán las caras nuevamente en Calafell y tampoco era cuestión de volverse locos en busca de un empate que les podía costar muy caro en caso de no hacerlo acertadamente.
Lo tuvieron en sus manos con un remate al palo que bien pudo suponer las tablas y culminar así un partido digno de las alturas de competición en la que nos encontramos, pero no quiso entrar y Riera Morro pitó el final del partido. En una semana más, pero el Barcelona sigue a lo suyo y ya son seis las victorias esta temporada. Los jugadores mallorquinistas se retiraron entre aplausos de su público y con la mente puesta en el partido de vuelta, para el que han dejado todo por decidir.