El Sporting ya tiene un pie en las semifinales

Si algo habían demostrado estos dos equipos a lo largo de la competición era ambición, la necesaria para haber llegado a estas alturas del campeonato con serias opciones de colarse en la Final, algo que a comienzos de temporada se veía muy lejano, sobre todo para los asturianos del Sporting, que aunque no lo parezca, son novatos en la competición.

Alcalá de Guadaira era el escenario escogido para este encuentro, en el que se iba a decidir la primera parte de unas semifinales que se esperaba apasionante antes del inicio del partido por como llegaban los dos conjuntos al encuentro. Los locales después de batir al actual campeón, el Deportivo de la Coruña, quiénes no fueron capaces de vencer ninguno de los dos partidos a los verdiblancos. Los esportinguistas no les andaban a la zaga, pues debió remontar un resultado adverso en la ida de los cuartos ante el Atlético, a quién ganó de seis en el segundo y definitivo encuentro.

En la primera mitad dominaron las pizarras por encima de la categoría y la calidad de los jugadores y teniendo en los banquillos a Parra y Redondo no era de extrañar. Entraron mejor los béticos en el partido, con el control del juego y buscando continuamente la portería de Martínez, consolidado desde hace tiempo en la portería bética. Los verdiblancos salieron algo fríos, al contrario que los aficionados, que disfrutaban muchos de ellos de la Feria de Alcalá de Guadaira. El Sporting salió sin miedo al rival y fue Tomás el encargado de hacer el primero de la tarde. Para el asturiano era un mini derbi después de su pasado sevillista, con el que jugó las anteriores ediciones de la competición.

Luis Márquez, muy activo, era el que más opciones tenía y de ahí que llegara el empate de sus botas a los siete minutos de partido. La mala suerte se cebó con el máximo goleador del campeonato, Oli, quién se torció la rodilla en un giro y llegaron las alarmas a los de Parra, que veían como su delantero más incisivo se retiraba lesionado pero quedó en un susto porque a los quince minutos ya estaba nuevamente sobre la moqueta del Fernández Viagas.

A todo esto el partido seguía sin goles y tuvieron que pasar veinte minutos hasta que alguien movió ficha. El primero en hacerlo fue nuevamente el Sporting, en esta ocasión por mediación de José Manuel. La igualdad era máxima y como muestra un botón porque en el mismo minuto era Aurelio, en esta ocasión para el Betis el que empataba el partido para los verdiblancos. El marcador no se movió más en esta primera parte y tampoco les importaba demasiado con lo que les quedaba por jugar.

La segunda parte siguió con la tónica de los veinte primeros de la primera. El Sporting, muy sólido sobre el terreno de juego se hizo dueño y señor del encuentro basándose en una defensa contundente liderada por Abelardo y apuntillando después al rival con un excelente Fredi en punta de lanza, que marcó hasta cuatro goles en la segunda parte y pudieron ser más si los postes y la magnífica actuación de Martínez no lo hubieran evitado.

El Betis estaba fuera del partido, sin encontrar en ningún momento el fútbol que les ha llevado hasta aquí. Sólo Oli, renqueante, era el único que inquietaba a Ramón con alguna jugada destacable, pero insuficiente para poner en apuros a un equipo que desde hoy tiene un pie en semifinales, como es el Sporting, que demostraron un fútbol de alta escuela al alcance de muy pocos.

Mucho tendrá que cambiar el Betis en una semana para complicarle las cosas a los asturianos, que jugarán en el Pabellón de La Arena de Gijón con su público delante, precisamente donde los verdiblancos mejor se desenvuelven, con un campo lleno y en contra.