"El pádel le dio un palo al squash; nos inundó"

Hay deportes que, de repente, viven una explosión tan grande que se ven superados por el éxito. Es el caso del squash en España, que estrenó Federación en 1976 y que, en 2005, estuvo a punto de desaparecer. Rodrigo Chantada (Vigo, 66 años) fue el encargado de recoger el testigo. "En diciembre de 2004, no había dinero ni calendario. Dejaron las llaves de la oficina en el Consejo Superior de Deportes y a mí, que presidía la gallega, me tocó la labor de comenzar de cero", explica el presidente.

El squash, "que nació en las cárceles de las colonias británicas" llegó a España con mucha fuerza. "Lo practicaban los ejecutivos porque tenían poco tiempo, cosa que ahora ha cambiado. El problema es encontrar cantera, potenciar la base. Los padres no llevan a sus hijos a jugar al squash", cuenta Chantada.

Un factor que influyó para que se desinflara la práctica fue la aparición del pádel, un competidor directo. "Nos dio un palo muy duro -reconoce el presidente-. La verdad es que nos inundó porque es un deporte que requiere mucha menos preparación física. Los grandes jugadores de squash llegan a entrenarse siete horas diarias y se necesita una buena base cardiovascular. El pádel, al ser menos exigente, también ha llegado a conectar más con un público femenino que busca una actividad menos exigente". "Pero en cuestión de espacio, una pista de pádel te ocupa 200 metros cuadrados y una de squash la puedes montar en 60", aclara.

Con estas dificultades ("de 12.000 licencias hemos pasado a tener unas 2.000"), aún salen jugadores de buen nivel. "Borja Golán (28 años) ha llegado a ser número diez del mundo, aunque ha bajado al treinta porque le está costando mucho recuperarse de una lesión". El santiagués, incluso, se fue un año a Inglaterra, donde están los mejores, para progresar.

Mediáticos.

Durante los tiempos de esplendor, el squash también tuvo sus practicantes mediáticos. Chantada recuerda "fotos del rey Don Juan Carlos jugando" y apunta que Carlos Sainz, ganador del Mundial de rallys y del Dakar, "tenía en casa de su padre dos pistas y llegó a proclamarse campeón de España".

Chantada define al squash como un deporte "intuitivo" y espectacular: "Los buenos jugadores consiguen que la bola queme, de lo rápida que va. Por eso es complicado para la televisión, porque la pelota no se ve. Cuando lo han retransmitido, debían inyectar a las bolas una sustancia fluorescente para hacer más fácil el seguimiento". Con esas virtudes, el squash busca su nuevo sitio en el panorama deportivo nacional.