Alguersuari, una vida bajo presión

Hace sólo unos días, escribía en mi blog de AS.com un post que compartía título con el de estas líneas. Y, curiosamente, de forma inesperada el asunto ha cobrado actualidad a propósito de unas controvertidas declaraciones de Franz Tost. Resumiendo, el jefe de Toro Rosso viene a decir que uno de sus dos pilotos, Alguersuari o Buemi, podría ocupar la más que probable baja de Webber en Red Bull el próximo año... aunque también verse apeado de su monoplaza en beneficio de Ricciardo, la última perla del vivero de la bebida energética. Alta presión, sin duda, para los afectados. Porque saben que lo que se están jugando es mucho más importante que el resultado en un gran premio o incluso de una temporada, puede que sobre el tapete hayan apostado su futuro en la Fórmula 1...

Explicaba yo en mis reflexiones del texto anteriormente citado que Alguersuari lleva toda una vida bajo presión. Así ha sido su trayecto hasta la élite, la exigencia máxima que le permitió convertirse en el debutante más joven en la historia de la F-1. Está preparado, por tanto, para afrontar el desafío... lo que no quiere decir que sea un plato de buen gusto para nadie. Sentirse permanentemente examinado, consciente de que cada error puede ser un paso atrás, sintiendo que una espada de Damocles sobrevuela su cabeza, no me parece, personalmente, el entorno más apropiado para centrarse en lo que es verdaderamente importante. Creo que Jaime, tanto como su compañero, sabe bien la trascendencia del desafío. No hace falta que sus jefes se lo recuerden y mucho menos públicamente. Creo que ésa no es la clase de motivación que favorece a un deportista, más bien lo contrario. Veremos en qué acaba todo esto. Al menos, insisto, me consuela saber que Alguersuari está preparado como pocos para soportar tanta exigencia.