Steelers y Packers se verán en la Super Bowl

Nueva York amaneció ayer helada, con temperaturas de 18 grados bajo cero, y llorosa. Porque los Jets se han quedado a las puertas de la Super Bowl (6 de febrero), otro año más, y la Gran Manzana lamenta por otra oportunidad perdida.

Los Jets perdieron el domingo en la Final de la Conferencia Americana frente a los Steelers por 24-19, un encuentro en el que se equivocaron de objetivo. Porque quisieron frenar a Ben Roethlisberger, el gigantón quarterback de Pittsburgh, y se olvidaron de Rashard Mendenhall, el bajito, culón y rápido corredor que tomó la pelota en sus manos 27 veces, corrió 121 yardas y logró un touchdown.

Los Steelers resolvieron el encuentro en la primera mitad, en la que se pusieron por delante en el marcador (24-0) aprovechando los huecos que dejaban los defensores cuando intentaban llegar a Roethlisberger, que adivinó pronto el plan de los Jets y cedió una y otra vez la pelota a Mendenhall para que abriera huecos en la defensa visitante.

Mark Sánchez, el joven quarterback de Nueva York, encontró a Cotchery con un lanzamiento de cuatro yardas a falta de tres minutos para el final y puso el marcador en un 24-19. Pittsburgh se dedicó a agotar el tiempo y luego a celebrar la victoria. "Nos quedamos con el traje de novia listo, las flores en el agua y las damas de honor en la iglesia. Lo que nos faltó fue el novio", dijo tras el partido el neoyorquino Scott.

Pittsburgh jugará su octava Super Bowl, la segunda vez en los últimos tres años, en el Dallas Stadium frente a Green Bay, que ganó la Final de la Conferencia Nacional a Chicago (14-21).

Rodgers.

Los Packers han ganado doce títulos naciones (3 de ellos en la era Super Bowl) y vuelven a la fiesta 14 temporadas después, gracias a que han ganado tres partidos seguidos fuera y a que Aaron Rodgers, a pesar de no estar fino, completó el domingo 17 de sus 30 pases por 244 yardas. La combinación Rodgers y los receptores Nelson y Jennings fueron demasiado para una defensa de Chicago que estuvo a la contra, sin poder presionar al quarterback de los Packers por temor a dejar grandes huecos en la secundaria para que con sus pases alcanzara a sus receptores.