Marta Domínguez: "Volveré a competir tras ser madre"

Marta Domínguez declaró ayer durante dos horas y cuarto en los Juzgados de la madrileña Plaza de Castilla ante la juez Mercedes Pérez Barrios y salió de ellos como imputada, aunque la atleta no reconoció ninguna culpa y ni siquiera se refirió a esa imputación por un presunto delito contra la salud pública. Primero declaró como imputada y luego como testigo, lo que provocó la protesta de su abogado, José Rodríguez, que la magistrada no atendió.

"Soy inocente. En mi casa no había ninguna sustancia prohibida. No me he lucrado, no he suministrado productos dopantes a nadie y nunca me he dopado. Todo esto ha hecho mucho daño a mi imagen, a mi familia y a mis amigos", dijo en medio de un maremágnun, porque había decenas de periodistas a la caza y captura de sus declaraciones.

Y a la pregunta de si pensaba regresar al atletismo, fue categórica: "Volveré a correr tras ser madre". Y declaró que su embarazo "va muy bien". Lo dijo Marta a la salida de los juzgados, entre apretujones, lucha cerrada y casi cruenta entre los periodistas por recoger sus palabras y entre los cámaras y fotógrafos por tener una imagen.

Hubo algún momento en que se temió que Marta (embarazada de cuatro meses) pudiera caer al suelo. Salió disparada hacia el aparcamiento, camino de su domicilio en Palencia, la ciudad en la que reside. La acompañaba su marido, Diego Bercianos, ex corredor de 110 metros vallas.

Lo de Marta Domínguez no fue una rueda de prensa, como concedió Alberto García el día de su declaración (antes y después de comparecer ante la juez), sino un compendio de frases sueltas, atrapadas en el viento de la lluviosa mañana madrileña.

La campeona mundial de 3.000 metros obstáculos llegó alrededor de las 9:30 mañana, aguardó sentada en un banco en el pasillo y comenzó a declarar a las 10:16. Lo hizo durante esas dos horas y cuarto. Julián Pérez Templado, abogado de Eufemiano Fuentes y Alberto León, estuvo presente en el interrogatorio de Marta.

La entrada al Juzgado de Instrucción número 24, en el séptimo piso del edificio, estaba custodiada por cinco policias municipales y por dos agentes de empresas privadas. Las declaraciones las hizo en la calle.