La artillería txuri-urdin deja al Atlético sin Copa

Alovera decidía esta tarde cual de los dos conjuntos que se enfrentaban tenía algo que celebrar y cual era el que se quedaba a un pasito de hacerlo, pero sin el objetgivo cumplido. En estospartidosimportapocoel fútbol a desarrollar, lo único que cuenta es quién se lleva el gato al agua, así que los nervios y la tensión estaban asegurados durante los sesenta minutos.

Es cierto que los rojiblancos jugaban en casa pero no es menos cierto que los txuri urdines son puro músculo y sacrificio. Conocedores de las virtudes del rival, si los Moya y Alfaro querían ganar este encuentro, era imprescindible ponerse el mono de trabajo, pues la calidad, contra estos equipos, no es suficiente.

En esas nos encontrábamos esta tarde en Alovera, con dos equipos que se jugaban el acceso a la Copa y ninguno de los dos se quería quedar fuera. Prueba de ello es que Idiákez, con problmas musculares, viajó a Madrid sin saber si podría o no jugar. Al final si estuvo y bi en que lo saben los rojiblancos.

La Real empezó fuerte, como debía para no dar opciones al Atlético y que de esta manera se pudiera confiar. Los hombres entrenados hoy por Larrañaga sabían muy bien lo que tenían que hacer y lo llevaron a cabo. El Atlético acusó mucho la baja de Paunovic, lo que sin duda les ha supuesto un importante lastre.

Los rojiblancos fundamentaron su juego en los dos de arriba, Moya y Alfaro y ambos, junto con alejandro en defensa, mantenían con vida a los atléticos. Siempre a contrarremolque en el marcador, luchaban por acercarse, pero cada empate, era contrarrestado por los realistas, que disparaban desde todas las posiciones a Diego, que estuvo extraordinario toda la tarde. Aunque tuvo una actuación soberbia, no pudo con la cantidad de disparos de un Idiákez pletórico de cara a puerta y que como casi siempre, fue el mejor hombre realista.

Con esta victoria, La Real sella su presencia en la copa saliendo con más intensidad que su rival en ambas partes, manejando ventajas exiguas en el marcador y sentenciando con un parcial de cuatro goles a cero en diez fatídicos minutos para los rojiblancos.

La batalla de Alovera tuvo a Idiákez como principal adalid por parte realista, siendo el autor de cuatro goles con la permanente amenaza de sus cañonazos. Por parte de los rojiblancos, destacó Moya, cuyos arranques eléctricos, mantuvieron a los colchoneros en el partido hasta mediada la segunda parte, cuando los donostiarras apretaron y sentenciaron el encuentro.

Con esta derrota, los madrileños se despiden de la competición como no querían, sin entrar en la Copa y tendrán que esperar a la temporada que viene para cumplir el objetivo mínimo que se les exige por la camiseta que defienden. Los realistas cumplen con creces el objetivo marcado y tienen que agradecer a Idiákez, el enorme esfuerzo realizado, siendo el artífice, en gran medida, de este éxito de los txuriurdines.