FÚTBOL INDOOR | VALENCIA 18 - ATHLETIC 16
Otra exhibición de Juan Sánchez deja al Athletic fuera de la Copa
Los leones dicen adiós a la Copa ante un Valencia al que Sánchez sostuvo desde los cuatro costados.
Gandía se preparaba para presenciar el encuentro más importante de la temporada... para el Athletic, pues el conjunto ché poco se jugaba más que la honra de terminar la temporada dignamente y dejando un buen sabor de boca que les de esperanzas de poder disputar la Copa de España en igualdad de condiciones con los equipos más importantes en estos momentos, como el Depor, el Betis y el Madrid.
Por ello, la presión era para un Athletic necesitado de la victoria si quería entrar en la competición del Ko. Tras un mal inicio de campaña, los vizcaínos se agarraron a un clavoardiendo y consiguieron ganar sus dos últimos encuentros en partidos importantes y complicados como eran sus vecinos y rivales txuri urdines y un Barcelona venido a menos, pero el Barcelona al fin y al cabo. A todo esto, había un tercero en discordia que esperaba a que esta crónica viera la luz para conocer su futuro.
El Sevilla esperaba la derrota o empate del Ahletic para poder disfrutar de una Copa que veía muy lejos hace un mes. Pero depender de terceros no es un buen negocio.
Con estos alicientes comenzaba el partido donde se cerraba la competición con muchas cosas por disputarse y lo hizo con un ritmo absolutamente vertiginoso, como este año no se había visto. El Valencia comenzó apretando, como hace habitualmente hasta que se le acaba la gasolina. Las defensas no existían y sobre todo la del Athletic, al que el conjunto valenciano cogía en todo tipo de contragolpes y sino, con tiros lejanos que hacían inútiles las estiradas de Sangroniz, que nada podía hacer ante el vendaval que se le venía encima.
Los rojiblancos no habían entrado en el partido y a los cinco minutos ya llevaban cuatro goles en contra. No encontraba el equilibrio y sus llegadas morían en las manos de Pascual, que vivió plácidamente estos primeros minutos. Pero como decíamos que no habíamos visto nada igual, al meta valencianista le duró poco la tranquilidad y el Athletic, ya con los músculos calientes, empezaron a entonarse.
La entrada de Luque, jugando de pivote, fue agradecida por todo el equipo. Aguantó la pelota, dio asistencias y dio vida a un equipo que le necesitaba y mucho. Sólo le quedó marcar, pero tampoco importaba demasiado si les daba los goles a los compañeros. Los valencianistas se vieron desbordados y dejaron escapar una renta de hasta cuatro goles, marchándose al descanso con un marcador impensable al comienzo, tal y como habían ido las cosas.
En el segundo período los leones intentaron contemporizar el partido, proponiendo un ritmo lento, el que les convenía con una ventaja de tres goles. En este período, el Athletic movía la pelota en la zona defensiva y dominaba, pero era ficticio porque no atacaba y permitía que el Valencia cogiera fuerzas. El que las cogió y además con ganas, fue Sánchez, que ya no paró. Una auténtica fiesta se dio el valenciano en esta segunda mitad, haciéndolos de todos los colores ante el asombro de los jugadores vascos, que veían el partido ganado al comienzo. Crónica tras crónica del equipo valenciano nos sirve para endulzar las cualidades del de Aldaia. Dirán que somos pesados, pero hay que rendirse ante un futbolista que no para y que tiene el gol entre ceja y ceja. Impresionante Sánchez.
Al Athletic le entraron los nervios, no sabían que les ocurría y no se podían creer que el Valencia, sin nada que jugarse, les pusiera contra las cuerdas. En defensa no encontraban la tecla y en ataque cada uno hacía la guerra por su cuenta.
No encontraban la manera de ponerse por delante y el Valencia jugaba con los nervios de su oponente, convirtiendo en gol cada llegada. El empate les servía al Athletic y casi sobe la bocina la tuvo Lambea para empatar y pasar así a la Copa, pero el balón no quiso entrar y se encontró con el larguero, haciendo inútil el trabajo realizado por los leones, que dicen adiós a la Copa ante un Valencia al que Sánchez sostuvo desde los cuatro costados.