Empate en el Gasca que no deja a ninguno contento

Por eso hoy no podían fallar y menos ante un Real Madrid que rendía visita a los txuriurdines con numerosas bajas y algunas de ellas, muy importantes para los intereses blancos. La delantera huérfana con las ausencias de Iván, Amavisca y Víctor y en defensa con más si cabe. Julio Llorente, Ramis, Karanka y Rubio entre otros.

Por esto, los tres puntos para los hombres de Gajate se antojaban fundamentales y mejor si era por una diferencia de seis goles, diferencia que les separaba del Atlético antes de comenzar el partido de hoy.

Con estos ingredientes, que no eran pocos, echó a rodar el balón y fueron los de casa los que se adelantaron en el marcador a los siete minutos con un gol del de casi siempre, Iñigo Idiákez, que fueron contrarrestados por los jugadores blancos rápidamente, sin contemplaciones y atando en corto a un rival que se jugaba mucho en el día de hoy.

Es cierto que los madridistas se jugaban el subcampeonato, pero no es menos cierto que los que tienen que clasificarse para la copa eran los realistas y eso se notaba a medida que avanzaba el encuentro. La ansiedad se apoderaba de ellos en jugadas puntuales que el Madrid supo aprovechar para poner una ventaja de dos goles. El partido tenía ritmo, jugadas peligrosas y mucha emoción por el marcador incierto con el que se ponía fin a una primera mitad marcada por la polémica del penalty que transformaba Idiákez.

La segunda mitad arrancaba con el empate de la Real y fútbol control por parte de los dos equipos, hastaque el capitán Uría adelantaba a los donostiarras en el partido. Los poreros mostraron maneras y evitaron algunos goles casi cantados, que unidoa la ayuda de los palos, hacían que el marcador se moviera menos de lo debido.

En estas apareció la clase de Alfonso, que conseguía empatar el partido cuando aún restaban veinte minutos de partido. El Madrid jugaba con la ansiedad de la Real y estos con la motiación de tres importates puntos que les clasificaran para la Copa. A falta de tres minutos para la conclusión Idiákez hacía soñar a los txuriurdines con un magistral saque de falta. En estas se lió la cuestión por decisiones arbitrales, que no dejaban a ningún equipo contento y Benavente Garasa señalaba una falta discutida favorable a los blancos, que ejecutaba Vallina a la perfección y ponía las tablas en el marcador f sobre las manecillas del reloj.

El empate final,no dejó satisfecho a ninguno de los dos equipos. El Real Madrid no puede conseguir el objetivo mínimo de quedar segundos y poder de esta manera ahorrarse un día de competición copera y los txuriurdines se jugarán el ser o no ser ante el Atlético de Madrid que está en su misma situación. A la Real le serviría el empate para poder sellar su pase a la Copa, pero los rojiblancos se agarrarán a la fuerza que da el jugar en casa para intentar imponerse en un duelo que promete emociones fuertes.

La semana que viene, el desenlace final de la competición. ¿Quién da más?