Olimpismo | Adiós a Juan Antonio Samaranch
El Príncipe Felipe: "Se va un coloso del deporte"
"Él nos metió en el corazón el espíritu olímpico"
Se ha ido un coloso del deporte". El Príncipe Felipe lo expresó, tajante, emocionado y probándose con el catalán en su discurso: "Él nos metió en el corazón el espíritu olímpico del 92".
Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), le dio solemnidad global al legado que ha dejado Juan Antonio Samaranch al morir. "Hay gente que ha venido desde los cuatro costados del mundo para despedirle. Es el personaje más influyente del deporte mundial desde el Barón Pierre de Coubertin". Rogge equiparó a Samaranch a aquel francés que a finales del siglo XIX hizo renacer el movimiento olímpico.
Para Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, se va un hombre "universal". Entre su "apasionado amor" por Barcelona, "que organizó unos Juegos maravillosos", según Rogge, a Samaranch se le recordó ayer como "amigo y maestro". Así lo hizo Jaime Lissavetzky, unido a él (y a Gallardón por Madrid) en la cruzada olímpica desde hace seis años. "Con él no había nada imposible", dijo el actual alcalde de Madrid. Hereu, el de Barcelona, asumió que "los dos amores de Samaranch fueron la Ciudad Condal y el olimpismo", a lo que José Montilla, presidente de la Generalitat, añadió rotundamente que "Barcelona no ha tenido, y difícilmente volverá a tener, un embajador como él".
Fue el primer día de la nueva vida de Samaranch, "el que no se irá nunca", como dijo Pasqual Maragall.