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Semenya: Medio año en un limbo sexual y deportivo

La IAAF abrió una investigación que dura ya seis meses y que no ha llegado a ninguna conclusión. La Federación Surafricana la ha suspendido cautelarmente y Semenya se encuentra en un limbo deportivo y sexual sin precedentes, que ha destrozado su vida privada.

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Semenya: Medio año en un limbo sexual y deportivo
Agencias

Hoy se cumple medio año desde que la surafricana Caster Semenya se proclamó campeona mundial de 800 metros en el estadio olímpico de Berlín, exhibiendo un poderío de apariencia masculina. Inmediatamente se desató uno de los mayores escándalos del atletismo en los últimos tiempos. La IAAF abrió una investigación que dura ya seis meses y que no ha llegado a ninguna conclusión. La Federación Surafricana la ha suspendido cautelarmente y Semenya se encuentra en un limbo deportivo y sexual sin precedentes, que ha destrozado su vida privada.

Todo empezó el 28 de julio de 2009, cuando Caster Semenya, una desconocida, triunfó en los Campeonatos Júniors de África con 1:56.72, la mejor marca mundial del año. Las alarmas se encendieron en la Federación Surafricana y en la Internacional, porque a su impresionante marca sumaba su no menos impresionante aspecto, por masculino, al que añadía una voz muy ronca. Diez días antes de los Mundiales, su federación, a iniciativa del médico de ésta, Leonard Chuene, la sometió a unos análisis secretos en Pretoria, cuyos resultados no se dieron a conocer. Posteriormente trascendió que se le habían localizado órganos masculinos internos y que probablemente era hermafrodita.

El 19 de agosto venció con extrema facilidad en los Mundiales de Berlín, esta vez con una marca de 1:55.45, de nuevo la mejor del año y el escándalo estalló en toda su crudeza. La italiana Elisa Cusma (sexta) y la española Mayte Martínez (séptima) aludieron de inmediato a su aspecto hombruno. "Es un hombre; no es una mujer. Damos las medallas a quien no se las merece", dijo Cusma. Mayte declaró: "Si me ponen a Semenya y diez hombres delante no sabría decir que ella es la mujer". Posteriormente, se disculpó. Sin embargo, la británica Jenny Meadows, bronce en la carrera, y que sería plata si hay descalificación de Semenya, la defendió: "En la ceremonia de entrega de medallas me alegró felicitarla y darle un abrazo".

La IAAF abrió una investigación de inmediato, que, entonces, no se presentía como interminable. Pocos días después del Mundial, el Daily Telegraph tuvo acceso a los resultados de la investigación surafricana y publicó que Semenya tenía el triple de testosterona habitual en una mujer. También según el periódico, era técnico de la Federación Surafricana el alemán Ekkart Arbeit, procedente de la antigua RDA, que trabajó en este país en la década de los ochenta, en pleno dopaje de Estado, cuando se trataba masivamente con testosterona a las atletas germano orientales. Una de ellas, la lanzadora de peso Heidi Krieger, acabó convirtiéndose en un hombre.

La IAAF mantuvo silencio sepulcral sobre el caso, a pesar de lo que se estaba publicando. Llegó a afirmarse que durante el sorteo del Mundial de fútbol, en Suráfrica, se daría a conocer el veredicto, pero no fue así. Lo más probable es que, cuando la IAAF llegue a una conclusión, se le mantenga el título alcanzado en Berlín, pero se le prohíba competir en el futuro. Por el momento, médicos y psicólogos siguen investigando y Caster Semenya continúa en el ojo del huracán. Y en el limbo sexual.