Los checos se apuntan un gran duelo ante los eslovacos

Duelo fraticida entre dos conjuntos que hasta hace poco, se tenían por compatriotas. Desde la disolución de Checoslovaquia en dos naciones en 1993, cada vez que se habían vistos estas dos selecciones sobre el hielo, habían saltado chispas, la rivalidad entre ambas no tiene límites y hoy, no iba a ser una excepción.

Ambos conjuntos llegaban con su plantilla repleta de jugadores que militan en la NHL, incluso la ex estrella de Pittsburgh, Washington y NY Rangers -Jaromir Jagr, hoy mlitando en la KHL rusa-, se había dejado convencer por el seleccionador Vladimir Ruzicka, cuando había declarado por activa y por pasiva, que con su participación italiana en Turin 2006, ponía fin a su periplo con su selección.

El encuentro comenzó electrizante con intervenciones importantes por parte Tomas Vokoun portero checo, ante la salida fulgurante de los eslovacos. Chequia no tardaría en responder, obligando a lucirse también al portero de los Montreal Canadiens y titular en porteria para Eslovaquia, Jaroslav Halak. Eslovaquia se metió en problemas disciplinarios enseguida y sufrió de lo lindo en la primera inferioridad. Halak estuvo enorme ante tres disparos consecutivos de Kaberle y ante la espectacular circulación de Elias, Plekanec y Havlat, su primera línea de ataque. Una conexión magnífica entre Chara y Palffy, a punto estuvo de dar el primer gol a los eslovacos. La respuesta con la pierna izquierda de Vokoun fue providencial. Jagr, a pesar de la estrecha vigilancia a la que estaba siendo sometido, logró disponer de dos buenas ocasiones de gol. Así las cosas, el gol no tardaría en llegar. Llegados al ecuador del primer periodo, el capitán Patrick Elias, logró desvíar un disparo de Blatak desde lós 20 metros ante el que nada pudo hacer Halak, poniéndo por delante a la República Checa.

Los eslovacos encajaron mal el golpe y anduvieron un tanto perdidos durante los instantes posteriores a ese primer gol, pero se mostraron perseverantes a pesar de no enontrar recompensa alguna a tanto esfuerzo y continuaron buscando el gol del empate hasta que se llegó al final del primero con victoría mínima para los checos.

En la reanudación, no se había llegado al minuto de juego, cuando un pase de Marian Hossa fue aprovechado por Marian Gaborik -máximo goleador de los Rangers de Nueva York-, para que de preciso disparo batiera por alto a Tomas Vokoun. Tras el gol del empate se vieron buenas ocasiones en ambas porterias hasta que Zidlicky impactó su disparo sobre el poste izquierdo del marco eslovaco con Halak batido.

Precisamente en la transición siguiente a un disparo al poste de Marian Hossa, se pasó de lo que podía haber sido el 1-2 para Eslovaquia, al 2 a 1 para la República Checa gracias a un gol de Jaromir Jagr; su manera de definir recordó al Jagr de sus mejores tiempos al lado de Lemieux y compañía en Pittsburgh. No quedó ahí la cosa, porque con los checos en superioridad numérica gracias a una sobreactuación de Milan Michalek a una entrada de Zdeno Chara, Tomas Plekanec lograría el 3 a 1 a falta de tan solo 2 segundos por jugarse en el segundo periodo.

Comenzó bien el último parcial la selección eslovaca, sabedora que un gol volvía a meterla en el encuentro, pero no encontraron el fondo de la red a pesar de las numerosas oportunidades que tuvieron. La vieja guardia de Eslovaquia con Ziggy Palffy, Josef Stumpel e incluso Pavol Demitra, no terminaba de dar con la fórmula para batir a un excelente y centrado Tomas Vokoun.

Los checos apaenas inquietaron en el tercero a Halak. Con decir que el primer disparo a puerta de los checos en último periodo llegó a falta de 3 minutos y medio, está todo dicho. Será interesante comprobar si en sus compromisos más inmediatos y con rivales que atesoran más dinamita, la República Checa vuelve a mostrarse tan consevadora como lo fue en el último acto de este partido.

Lo que son las cosas: tuvieron que jugar las dos últimas selecciones que aún no habían debutado, para que se viera el mejor partido que se ha disputado hasta ahora. Para los detractores del tamaño NHL de pista (60 x 26), dudo mucho que se hubiera visto la fluidez y la rapidez con que se han desenvuelto estas dos selecciones, de haberse jugado en superficie con dimensiones internacionales (60 x 30).