Un samurai que se cree Dios, invita a coches y colecciona cazas

Larry Ellison ha conquistado lo único que nunca había podido comprar: la Jarra de las 100 Guíneas. Alternará entre Newport y la vitrina diseñada para albergarla en el Rising Star, su yate con cancha de basket (donde juega con Shaquille O'Neal y Michael Jordan), un puerto interior para minisubmarinos o 16 suites de lujo.

Dicen que su filosofía la resume una cita de Genghis Khan: "No es suficiente ganar, todos los demás deben perder". Dueño del gigante informático Oracle, está molesto porque la ley de tráfico aéreo de San Francisco le impide sobrevolar la ciudad de noche con alguno de sus aviones de combate: un Gulfs­tream V, un Siai Marchetti italiano, un Mig 29 ruso... Ellison, quien se ve a sí mismo como un samurai o un ninja y cuyo barco se llama Sayonara, tiene una peculiar forma de seducir a las mujeres: "¿Me dejas que te invite a un coche?". Su biografía no autorizada se titula La diferencia entre Dios y Larry Ellison, a propósito de un chiste que afirmaba que la diferencia entre ambos "es que Dios no se cree Ellison". Larry Ellison, al que su rival empresarial Bill Gates apodó Larryland, el parque de atracciones, ha devuelto la Jarra de las 100 Guíneas a Estados Unidos 15 años después de su pérdida.