Rugby - VI Naciones | Francia 33 - Irlanda 10
El XV del gallo instaura la Edad de Acero del rugby
Francia arrolló a Irlanda con su exuberancia física.
Lievremont ha endurecido el perfil del rugby francés hasta límites insospechados. Después de fundir a los surafricanos en otoño, ayer pasó por la fundición Irlanda (12 triunfos consecutivos en el VI Naciones, vigente defensora del Grand Slam, triunfo ante Suráfrica, empate ante Australia...). Y lo hizo con un rugby de acero cimentado en una delantera de hierro que gobierna la mejor tercera del mundo: Dusatoir, Ouedraogo y Harinordoquy. 111 placajes con un 90% de efectividad. Y con Irlanda enfrente. Caza mayor.
Los del trébol murieron a cinco metros de la línea de ensayo gala. Allí clavó Francia la bandera y marcó el límite. Tres veces se plantaron los verdes allí y tres veces regresaron cabizbajos e impotentes ante la exuberancia física gala. Francia entregó la pelota al rival (27 minutos en sus manos y 38 en poder irish), pero tanta era la frustración irlandesa que su juego comenzó a menguar ante una Francia que se agigantaba. Especialmente su jovencísimo medio melé, Morgan Parra, de 21 años, que lejos de intimidarse ante las bravatas irlandesas de la previa, cuajó un partido de matrícula. Los tres cuartos franceses eran puñales y el apertura galo Trihn-Duc descorchó el champagne, con varios slaloms. Poitrenaud, La Bestia Besteraud y Jauzion se apuntaron a la fiesta.
Laminados.
Irlanda no pudo hacer nada ante lo que se le venía encima. Demasiado que escapó sin encajar un ensayo de castigo, la mayor humillación para una delantera en rugby. Acertó a robar cuatro line outs, pero fue arrollada en delantera. Especialmente en melé donde los galos, guiados por Nallet, enterraron al trébol: 10 scrums francesas ganadas por 4 irlandesas. La imagen final del pack del trébol laminado por el del gallo fue gráfica. Francia ha inaugurado una nueva era, la edad de Acero. El champagne servirá, a lo sumo, para regar los éxitos. Posdata: Al ser Francia "previsiblemente imprevisible", no descartemos un gatillazo. Sobre todo con la visita anunciada en la jornada final de un tal Jonny Wilkinson.