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ATLETISMO | Mundiales de Belín '09 | 50 Km

García Bragado, un podólogo de carácter difícil

Jesús Ángel García Bragado, de profesión  atleta y podólogo, sienta plaza de personaje singular dentro del  atletismo español, una suerte de viejo cascarrabias que canta sus  verdades al más pintado pero con quien es obligado contar siempre en  las grandes ocasiones.

Jesús Ángel García Bragado, de profesión atleta y podólogo, sienta plaza de personaje singular dentro del atletismo español, una suerte de viejo cascarrabias que canta sus verdades al más pintado pero con quien es obligado contar siempre en las grandes ocasiones.

Los días anteriores a la competición ningún periodista le pide declaraciones. Es inútil intentarlo porque el madrileño tiene por costumbre hablar solo sobre el asfalto y, si acaso, después de cada prueba. Es entonces cuando saca su lengua a pasear y dispara contra jueces o dirigentes.

El año pasado, después de obtener el mejor resultado de un atleta español en los Juegos de Pekín (cuarto en 50 km) lanzó en caliente un recoplón al presidente de la Federación Española, José María Odriozola, a quien aconsejó que dejara de hacer quinielas con las medallas.

Probó fortuna en política en las listas municipales del PP por Lérida pero no sacó el acta, aunque llegó a ejercer sustituyendo a un compañero de lista. Está separado de su mujer, la ex gimnasta Carmen Acedo, y constituye un ejemplo de fidelidad a un club, el modesto Canal de Isabel II madrileño, al que ha pertenecido siempre, incluso cuando residía en Lérida.

En los Europeos de Gotemburgo 2006 había conseguido, con 36 años, su duodécima medalla en alta competición, pero en Berlín ha dado un nuevo ejemplo de longevidad deportiva al colgarse la de bronce, la única que le faltaba en un Mundial.

García Bragado tiene ahora cuatro preseas en campeonatos del mundo, más que ningún otro atleta español, otras tres en la Copa del Mundo (un oro y dos platas), tres títulos y dos platas en Copa de Europa y dos medallas en los Europeos (en Múnich 2002 fue tercero).

Fiel a su carácter huidizo, no necesita a nadie para entrenarse. Lo hace solo desde hace años.

Sus mejores éxitos se han producido en años impares, coincidiendo con campeonatos del mundo, aunque en los últimos (Helsinki 2005 y Osaka 2007) fue descalificado.

Los Juegos Olímpicos no han sido lo suyo, aunque en los últimos fuera el mejor atleta español y en los de Atenas 2008 obtuviera un excelente quinto puesto. Antes había sido décimo en Barcelona'92, retirado en Atlanta'96 y duodécimo en Sydney 2000.

Su deseo de alcanzar el éxito olímpico le mantiene en forma pese a sus problemas de cadera que le obligaron a pasar por el quirófano después de los Juegos de Pekín.

Su descalificación en los Mundiales de Helsinki le indujeron a introducir cambios técnicos en su forma de marchar que le acarrearon problemas musculares en la cadera.

En materia deportiva prefiere no vivir del pasado. Le motivaba la posibilidad de retirarse en unos Juegos Olímpicos en Madrid, pero al no ser elegida como sede de 2012 sabe que eso ya es imposible. Quería gastar su último cartucho en los Juegos de Pekín y se quedó a las puertas tras una gran remontada.

El año próximo, en los campeonatos de Europa de Barcelona, García Bragado puede poner el broche a una vida deportiva insólita por su duración, brillante por sus resultados (18 años compitiendo) y singular por su carácter irreductible.