Natación, en aguas abiertas o piscina: una buena afición
Nadar favorece la coordinación, es poco lesivo y refrescante.

Pocos deportes existen más veraniegos que la natación. Cuando llegan estas fechas, se suele ir a la piscina o a la playa para refrescar el cuerpo y en esa tesitura se puede aprovechar para hacer deporte sumergido en el agua. La natación es una de las modalidades más completas y beneficiosas. En ella se ejercitan muchas partes del cuerpo (brazos, piernas, espalda, capacidad pulmonar) y tiene la ventaja de que favorece la coordinación y de que es mucho menos lesivo que otros deportes en los que el cuerpo sufre impactos bruscos.
La natación se puede hacer bien en piscina o en aguas abiertas (mar, río, pantano...). En piscina todo es mucho más controlado, porque se pueden medir los metros, el agua está en una situación estable y normalmente se suele nadar por una calle delimitada... Es algo relajante, que puede rozar la monotonía. Por eso, hay que ponerse objetivos (hacer unos metros determinados, ponerse topes de tiempo, cambiar de ritmo...).
En aguas abiertas, nadar es mucho más complejo. Pero hay también algunas premisas: una es nadar hacia dentro al menos 150-200m porque si se nada muy cerca de la orilla las corrientes te acercan a ella. Y cuando se está ya dentro, hay que tener un punto de referencia para no perderse. En cuanto al oleaje, no hay que luchar contra él porque supondrá un gasto de fuerzas innecesario. Las olas hay que intentar pasarlas por debajo.
En piscina o en aguas abiertas, la natación es un deporte refrescante, poco lesivo y completo. Así que ¡al agua!
Noticias relacionadas
Trabajar la técnica para nadar con garantías
Para que la natación sea más agradable de practicar y que el nivel de mejora sea mayor es conveniente trabajar la técnica de nado. Lo ideal es ponerse bajo la supervisión de un entrenador que corrija los defectos, pero también es cosa de uno mismo cuidar la técnica y ver por dónde mejorarla. Dos utensilios esenciales para mejorar son las palas (para las manos) y las aletas (para los pies). Hay muchos ejercicios que se suelen hacer para que el nivel de técnica progrese. Algunos ejemplos son el punto muerto (nadar con un solo brazo), nadar con puños cerrados, toco tabla (nadar con una tabla entre las piernas)... Luego hay una gama diferente de ejercicios más específicos según se quiera nadar en piscina o aguas abiertas. Si quieres nadar con más garantías mejora tu técnica. Su aprendizaje hace que el nado sea mucho más placentero y se disfrute mucho más de la natación.