Natación | Mundiales
Wildeboer sucede a Muñoz en el bronce
Los récords mundiales siguen cayendo como moscas en Roma, gracias a los bañadores de poliuretano. También España continúa en el podio, de nuevo en el tercer escalón. Wildeboer sucedió a Muñoz mientras Villaecija acababa quinta.
En el Mundial de los despropósitos, la natación española sumó ayer su segunda medalla de bronce consecutiva con un atleta diferente, algo que nunca antes había ocurrido. A Rafa Muñoz le sucedió en el mismo lugar del podio Aschwin Wildeboer en una jornada histórica por culpa de una derrota: la de Michael Phelps. ¿Culpa suya? No, culpa de la guerra de los bañadores anunciada para Roma.
A diferencia de Phelps, a Wildeboer no le afectó esa guerra lycra vs. poliuretano. Él se apuntó al poliuretano, que odia y critica. Pero sabía una cosa: o se ponía un Jaked o no llegaba ni a la final (¡que se lo pregunten al plusmarquista y doble campeón olímpico, Aaron Peirsol!). No quería que le ocurriese lo de Málaga en los 200 espalda: no los puede nadar en Roma porque prefirió tirarse con bañador de tela... y se quedó fuera de la Selección.
Ayer, el pequeño de la saga hispano-holandesa aspiraba al oro, como Muñoz, pero se le colaron tipos con los que no contaba. Sobre todo el japonés Junya Koga, vencedor con 52.26. Sí tenía respeto al alemán Helge Meeuw (plata con 52.54), que el año pasado era el séptimo del ranking FINA con 53.10 y que este año ha dado un gran salto. Pero menor que el nipón: ¡en 2008 apenas era 39º del mundo y sexto especialista japonés en la distancia!
Villaecija.
Había esperanzas de que abriera el camino a Aschwin en la final de 1.500 libre femeninos. Erika Villaecija estuvo cerca de la medalla hasta mitad de carrera, pero entonces la italiana Alessia Filippi surgió como una ola (15:44.93). La catalana se fue desinflando y al final fue quinta, aunque batió su récord de España con 16:00.25. "Lo he dado todo", dijo. Eso, seguro.