Juegos Mediterráneos | Natación
Wildeboer: récord del mundo con poliuretano
Rafa Muñoz ya no es el único español en la lista de plusmarquistas mundiales de natación. Ayer se le sumó Aschwin Wildeboer, figura de los Juegos Mediterráneos en Pescara (4 oros). Pero su récord tiene truco: el controvertido bañador Jaked J01.
De séptimo en la final olímpica de Pekín'08, a recordman mundial. En menos de un año, Aschwin Wildeboer Faber ha dado un salto brutal enfundado en poliuretano. El pequeño de la saga (su hermano, Olaf, cambió España por Holanda), se unió ayer a Rafael Muñoz en la lista española de plusmarquistas mundiales en piscina de 50 metros. Fue en Pescara (Italia), en la última jornada acuática de unos Juegos Mediterráneos con traca final muy española y con un bañador mágico como co-protagonista: el controvertido Jaked J01.
Wildeboer, catalán de Sabadell (donde nació hace 23 años, hijo de padres holandeses), pulverizó el tope del doble campeón olímpico y figura señera de la espalda en este siglo: el yanqui Aaron Peirsol. Lo hizo nadando la primera posta, la de espalda, en el relevo de 4x100 m estilos, que acabó con medalla de oro para el cuarteto español (3.34.22, Wildeboer junto a Melquíades Álvarez, Alex Villaecija y José Antonio Alonso). Aschwin registró 52.38, 16 centésimas mejor que el 52.54 de Peirsol en Pekín.
El aviso.
Aschwin ya había advertido de sus intenciones en las jornadas previas, ganando el oro en las tres distancias de su estilo (50, 100 y 200 metros), siempre con nuevos récords de Europa. A resaltar el del doble hectómetro, ya que acabó con el más longevo de la natación española: el de su antecesor Martín López-Zubero, que en 1991 también batió el récord mundial (1:56.57) antes de ser campeón olímpico en Barcelona'92.
Embutido en el mismo Jaked J01 rojo que emplea Rafa Muñoz, Wildeboer cambió su táctica en relación a la final de 100 espalda, en la que ganó el oro con 52.87. Dosificó en el primer largo (25.54 por 25.12) y apretó en el segundo (26.84 por 27.71). "Tenía la mente en el récord", concedió tras su exploit, mientras firmaba autógrafos. "Ya dije que con estos bañadores, todo es posible".
Cierto. Antes de Pescara, Wildeboer lo dijo claro: "Con el bañador de poliuretano, el trabajo y el talento ya no son tan importantes. No se juega limpio, pero como la FINA ha vuelto a autorizarlos y todo el mundo los usa, yo también".
En efecto, la FINA dio marcha atrás a la no homologación pese a las críticas. En Francia siguen prohibidos y L'Équipe, si hay récord, añade esta coda: "según el criterio de la FINA".