El Pevafersa Balonmano Valladolid es, por fin, campeón de la Recopa de Europa. Ha costado diez años y seis finales, pero la recompensa llegó ayer, y no sin sufrimiento. El primer gol del partido lo marcó el público, que abarrotó el Pisuerga y no dejó de alentar a los suyos ni un instante, por mal que se llegaron a poner las cosas. Había ambiente de ilusión, de jornada grande y en la mente de todos flotaba la sensación de que esta vez no se escaparía... y no se escapó, aunque por los pelos.

El gol de renta alemán hacía presagiar un encuentro igualado. Desde el inicio ambos contendientes se batieron el cobre con intensidad, pero los jugadores del Nordhorn repartieron más estopa, con la connivencia de los árbitros letones. La primera parte fue igualada, pero la ventaja que reflejaba el descanso 15-10 daba lugar a la esperanza, pero nada más lejos de la verdad.

Sufrimiento.

El Pevafersa se empeñó en dar emoción a la final. Llegó a la máxima renta, 16-10, nada más comenzar, pero luego pasó un bache en el que sólo logró un tanto en 20 minutos, con un parcial de 2-8 que ponía por delante al rival. El pabellón sufría. La final parecía marcharse... pero no. La reacción llegó gracias a Sierra y a la defensa, lo que propició, a pesar de las decisiones arbitrales con exclusiones de Entrerríos y Ávila incluidas, un final de infarto, 24-23, lanzamiento final que falló el Nordhorn y dejó la Recopa de Europa en Valladolid. Con un gol bastó para neutralizar la derrota (31-30) de la ida.

Pastor

"Ya era hora, pero hemos sufrido. Europa nos debía una y lo merecíamos. Me he quitado un gran peso de encima. Me faltaba ser campeón con mi club, mi corazón lo necesitaba. Perder hubiera sido el palo más grande de mi vida".

Óscar Perales

"Ha tenido un final feliz, pero no había pasado por mi cabeza que fuera de esta forma. Hemos tirado con todo lo que teníamos. Esta afición se lo merece, se ha puesto muy difícil, pero lo intentamos hasta el final y aquí está ya".