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criquet | actualidad

El criquet lo inventaron los flamencos, no los ingleses

La investigación concluye que el juego llegó a las islas en el siglo XIV de la mano de inmigrantes procedentes de Flandes y que no es una evolución de los juegos que jugaban los niños anglosajones

El criquet lo inventaron los flamencos y no los ingleses, según un estudio de la Australian National University de Camberra que se atreve a cuestionar el origen de una de las principales señas de identidad del deporte británico.

La investigación concluye que el juego llegó a las islas en el siglo XIV de la mano de inmigrantes procedentes de Flandes y que no es una evolución de los juegos que jugaban los niños anglosajones desde tiempo ancestrales, como se sostenía hasta ahora.

La nueva teoría proviene de Australia, otro país donde el criquet es religión y donde existe un pique histórico con Inglaterra, pero Paul Campbell, profesor del Departamento de Inglés y Teatro de la citada Universidad, asegura que sus averiguaciones son puramente académicas y no tienen un trasfondo de rivalidad deportiva.

Campbell descubrió un poema que data de 1533, atribuido a John Skelton, un conocido poeta y dramaturgo de la época, en el que ataca a los tejedores que se instalaron en el este y el sureste de Inglaterra procedentes de Flandes y en el que pide su expulsión.

El poema es la primera referencia conocida al juego del criquet y en él Skelton se refiere a los flamencos como los reyes de los "crekettes", los palos curvados que utilizaban los pastores y que supuestamente utilizaban los tejedores para golpear una bola.

Campbell se guió también por el trabajo realizado por el profesor Heiner Gillmeister, del Departamento de Inglés de la Universidad de Bonn (Alemania), quien rastreó en la lengua flamenca las primeras referencias a un deporte denominado criquet.

Gillmeister defiende que el término tiene su origen en la frase "met de krik ketsen", que en flamenco quiere decir "perseguir con un palo curvado" y, según afirma al diario "Daily Telegraph" en su edición online, el poema descubierto por Campbell es la prueba más concluyente hasta ahora del origen del criquet.

El profesor alemán coincide con Campbell en que los tejedores flamencos se establecieron en zonas rurales de los condados de Kent y Surrey, y que fue allí, gracias a unos extranjeros, donde nació un deporte que los ingleses consideran una seña de identidad a la altura de la libra esterlina o la conducción por la izquierda.

"Desde luego que hay algo irónico en el hecho de que un alemán y un australiano estén haciendo descubrimientos en torno a lo que se considera un juego tan inglés", manifestó Gillmeister.

El historiador británico John Eddowes, autor del libro "El lenguaje del criquet", también considera "extremadamente significativo" el hallazgo de Campbell y recuerda que "los tejedores eran en la época la aristocracia de la clase trabajadora, por lo que tenían tiempo para disfrutar de la práctica de deportes".

No obstante, también hay quien duda, como el historiador David Frith, que en declaraciones a la BBC dijo que "el descubrimiento añade un nuevo dato a la gran historia del criquet", pero subrayó que "no se ha escrito aún la última palabra".

"Uno no puedo evitar preguntarse por qué en Bélgica o en Holanda o en Francia no se juega hoy al criquet", afirmó.

Hasta ahora, las primeras referencias incuestionables sobre la práctica de este deporte -que también se sigue con pasión en Pakistán, la India, Sri Lanka y las Indias Occidentales- databan de principios del siglo XVII, cuando las autoridades eclesiales emitían multas para aquellas personas que no iban a misa para poder jugar.

Lo que era un deporte rural, llegó a lo largo de ese siglo a las escuelas públicas y a Universidades como las de Oxford y Cambridge, y en 1760 se creó el primer club en Hambledon (sur de Inglaterra).