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Rugby. VI Naciones | Francia-Gales

Francia-Gales: de noche, en viernes y por la tele

En el VI Naciones, el más antiguo de los torneos deportivos del Viejo Continente, siempre se han jugado los partidos en fin de semana y por la tarde para que las aficiones viajaran. Hoy se juega el primero entre semana y de noche. Gales no estará respaldada en París.

Fue un sábado cualquiera, a mediados de los años 90. Edimburgo amaneció invadida por 40.000 galeses que tomaron Murrayfield para alentar a los dragones, su selección de rugby. "Aquella tarde -recuerda el genial Jonathan Davies- Gales quedó vacía". Las invasiones pacíficas de hordas de engullidores de cerveza han sido una constante en los 125 años de historia del torneo deportivo más antiguo del continente. Aquella fue una de las más sonadas diásporas de los últimos tiempos.

Cuando nació el VI Naciones (antes V, primero IV), en 1883, aún restaban 50 años para que la primera televisión emitiera su señal. Se acudía a ver los partidos a estadios venerados como templos: Arms Park, Landsdowne Road, Murrayfield o Twickenham. En sus aledaños las aficiones compartían el oro negro, el tibio caldo de las cervezas que regaban unos terceros tiempos que no entendían de política ni economía. Así, la elección del horario de los partidos (sábado y domingo por la tarde) obedecía al propósito de facilitar el desplazamiento de aficionados por el Reino Unido. Sin embargo, si "el vídeo mató a la estrella de la radio", los programadores amenazan con hacerlo con el aficionado de rugby. Hoy se juega el primer partido nocturno y en viernes de la historia del torneo. Los galeses no podrán viajar a París, ciudad a la que el año pasado acudieron en número cercano a 4.000. En esta ocasión, al ser en jornada laboral, apenas irán mil. Gales ha mostrado su indignación. Francia se ha adherido a esa queja.

En lo deportivo, el partido mide a un equipo que ataca con florete (Francia) con un ejército armado hasta los dientes que asola la tierra que pisa. Cuando Gales tiene la almendra, uno se teletransporta a Disneylandia. Si la pierde, el partido se muda a Vietnam. El equipo perfecto. Mientras, Francia es puro cristal de bohemia, el ballet Bolshoi gobernado por un director atormentado por los ataques de entrenador. Hoy, sin ir más lejos, coloca como mariscal napoleónico a Benoit Baby, pretoriano sin conocimientos de estrategia.

Ilógica

Las apuestas y la lógica hacen pensar que Francia tiene poco que hacer ante un Gales devastador. Pero tampoco la lógica hacía pensar que el VI Naciones se jugaría un viernes de noche. Hoy tres mil galeses verán el partido en alta definición en la pantalla plana de su televisor. Pero ni la pinta les sabrá igual, ni el tercer tiempo será lo mismo sin ellos.