Rugby | VI Naciones
Cardiff huele a napalm con la visita de Inglaterra
Gales pretende arrasar a un adversario achacoso.
Un inglés muere, va al cielo y al llegar encuentra a los ángeles y a los santos jugando un partido de rugby. Destaca un apertura rapidísimo con un contrapié fantástico y pelo largo. El inglés pregunta: "¿Quién es el 10?". Y San Pedro responde: "Jesucristo... pero se cree Barry John". Este chiste, el más celebrado del rugby, no hace tanta gracia en Inglaterra. La razón: Barry John, El Rey o El George Best del Rugby, fue un galés que sometió al XV de la Rosa durante los 70. Desde entonces, Gales no había mostrado la superioridad que exhibe ahora en un campo de rugby, "único campo en el que se puede ser simultáneamente galés y caballero", según los flemáticos hijos de su graciosa majestad.
Las primeras escaramuzas en la Edad Media ante los normandos han dado paso a épicas batallas de rugby. Hoy habrá otra. A Cardiff llega una Inglaterra achacosa. El cronista del Times ha definido su juego como "retro-rugby". Y en Londres se vaticinan titulares gruesos: hecatombe, cataclismo... Dallaglio, El Carnicero de Sheperd's Bush, ex compañero del seleccionador inglés, ha advertido: "Detesto que me miren por encima del hombro. Y menos, un galés". El triunfo local se paga a 1,25; el inglés a 4,33. Y es que probablemente ningún inglés sería titular en Gales, porque su delantera rechina en segunda línea y chirría en su indisciplinada tercera. Precisamente donde Gales entierra a sus rivales. Es en el breakdown, a campo abierto, donde cazan Martyn Williams, Ryan Jones y Andy Powell. Tres tipos que desayunan tostadas con napalm cada mañana. Su asfixiante ritmo de juego torturará a los ingleses. Y del 10 al 15, mejor ni mirar. En Gales no jugará Shane Williams, cierto, pero sí Halfpeny y Byrne. La palabra de la semana en Inglaterra ha sido "conjura". En Gales, "apocalipsis". Imaginen.
Dos horas y media antes, Francia recibirá a Escocia en París. Lo hará con Chabal en el banco y la línea íntegra del Stade Toulousian titular, club que salvaguarda la tradición del rugby a la mano, el rugby champagne, el flair. En Dublín los galos exhibieron mucho violín y poco tambor. Lo que ganaron levantados en carrera lo perdieron arriñonados abajo. Y si algo tiene la bisoña Escocia es riñones. Es más fácil rodear a un pilier escocés que saltarlo. Ésa es la receta que buscarán D'Artagnan Medard y compañía: evasión... y victoria.