Croacia se da una fiesta ante una España nefasta

Balonmano | Mundial de Croacia | Croacia 32 - España 22

Croacia se da una fiesta ante una España nefasta

Croacia se da una fiesta ante una España nefasta

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Con esta derrota se esfuman las opciones de medalla

De entrada, enhorabuena a Croacia. Más que por la victoria, que fue extraordinaria desde el primer minuto de juego, por el formidable y espectacular escenario que preparó para este encuentro con España. Una hora antes del partido el Spalatium Arena era la mayor fiesta posible del balonmano internacional, y esa fuerza de 13.000 personas en comunión llevó en volandas a su equipo y hundió a la Selección española hasta límites insospechados, porque ayer España fue un grupo de jugadores vulgares y desconocidos, incapaces de ligar dos jugadas. España está hundida, desesperada y casi muerta en este Mundial.

No funcionó nada. Ni la defensa ni el ataque. Las expectativas que había generado Valero Rivera con sus métodos defensivos se fueron a pique desde los primeros compases del partido. No funcionó la portería, ni el 5-1, ni el 6-0. Nada. Croacia salió en tromba, metida en el partido desde antes de empezar, y cuando España abrió los ojos ya tenía delante un buen baúl de goles. Era imposible.

Se puede justificar la derrota con cualquier adjetivo, que si ansiedad por hacerlo, que si presión de los jóvenes por el peso de defender la camiseta española en su primer Mundial, que si precipitación por todo junto. Sí, se puede. Pero la verdad es que España jugó tan mal que se convirtió en un equipo tan previsible que no supo sacar renta de una doble exclusión croata en la segunda parte. No, no conocíamos a los croatas de nada, y ellos se anticipaban a cualquier acción española.

Tampoco se puede culpar a Valero de los errores en el pase de jugadores contrastados. Puso a los mejores, o a algunos de los mejores, y perdieron balones como críos, en situaciones tan cómodas como incomprensibles. Fue como si los nuestros estuviesen atrapados en la marea arlequinada local, en una fiesta sin precedentes en el balonmano, porque toda Croacia disfrutó de lo lindo para desgracia nuestra.

Sobrados.

Es más, Lino Cervar pudo jugar con tanta tranquilidad el final del partido que reservó a algunos de sus titulares. Y eso no le impidió abrir más la brecha. España ni siquiera pudo maquillar el resultado, y eso que jugó 12 minutos con más jugadores que el rival (ocho exclusiones croatas por dos, a Morros, de España).

Por lo menos, un detalle esperanzador: la labor del debutante sevillano Juan Andreu. Se va entonando y a lo mejor acaba por ser una baza con la que no se contaba. Fue lo mejor en un día aciago en el Mundial.