Sólo el soporte económico de su novia permite seguir practicando atletismo a un arruinado y rechazado Dwain Chambers, el que fuera uno de los mejores velocistas del mundo y ahora atleta maldito tras inaugurar la lista de positivos por el Escándalo Balco. Cumplió su sanción y volvió, pero afronta un auténtico via crucis. "Podré seguir compitiendo mientras mi novia tenga un empleo. Sólo tengo el soporte económico que me proporciona Leonie", ha dicho en la Prensa británica, y ha insinuado que podría retirarse.

Perdió títulos y récords en los 100 metros y perdió el respeto de los demás. Cumplió su sanción, pero nadie le quiere. "La duración de mi carrera deportiva dependerá de cómo me traten los organizadores", dice Chambers, de 30 años, que en marzo de 2008 fue subcampeón mundial de 60 metros en sala. Las noticias no son halagüeñas: el Euromeeting Group, que acoge a 51 organizadores de reuniones europeas, ya ha anunciado que no le invitará este año. Además, Chambers gastó sus ahorros y vendió su casa para devolver a la IAAF los 100.000 euros que ganó mientras estaba dopado.

Una trayectoria vergonzosa

Positivo con THG. En 2003 dio positivo con THG, anabolizante presuntamente indetectable fabricado por Balco.

La confesión. Reconoce que se dopaba 18 meses antes de ser cazado, aunque pasó decenas de controles.

Duro castigo. Anuladas marcas y títulos desde 2002. Pierde el oro de 100 metros del Europeo de 2002 y el récord continental (9.87).

El fracaso. Intenta enfocar su vida hacia el fútbol USA y el rugby, pero fracasa en los dos deportes.

El regreso. Es plata en los 60 metros de los Mundiales indoor de Valencia 2008, a pesar del rechazo generalizado.

Veto olímpico. En virtud de la reglamentación británica, queda fuera para siempre de los equipos olímpicos de su país. No estuvo en Pekín.