Morales consigue igualar el bronce de su novio Álex

Pareja de guapos. Esther y Álex. Los novios de bronce en el Cubo. Ella logró ayer el tercer metal del día para España en los 100 metros espalda rebajando en un segundo la marca de la semifinal y en dos la que trajo a Pekín. Se apellida Morales, nació en Sitges hace 23 años y desde hace dos vive en Palma de Mallorca para poder nadar y dedicarse al oficio de operadora de cámara en una productora. Tiene una malformación en su brazo izquierdo que no le impide ser considerada una de las musas de la Villa Olímpica. A rabiar.

Con el sofoco de la carrera y de los llantos encima, Esther notó como alguien sacudía su corazón. Su frase de "voy a llorar como nunca" quedó a medias con el beso que le plantó Alejandro Sánchez, el bronce en 100 espalda, y novio de Esther. "Me he emocionado más con ella que con mi medalla", nos dice.

"Tengo ganas de ver a mis padres en la grada, llamar a casa luego. Es mi tercer bronce en tres Juegos. Tengo suficiente como para celebrarlo", apunta ella, antes de mostrar el talismán de su éxito. Lleva escrito "Xavi2" en la palma de la mano derecha. "Llevo dos años entrenando con Toni Pomar pero este triunfo también es para Xavi Cenzano, la persona que me vio nadar desde los 5 años y para mi sobrino Xavi". Esther y Álex vuelven a besarse públicamente y desaparecen por los pasillos del Cubo. "Me lo traje a Palma Quería dejar Salamanca para ir a Madrid y entonces tuve unas palabras con él", suelta, sonriente a más no poder, la medallista. En unos días volverán a la residencia mallorquina en la que comparten todo. Y ella dejará de dormir en la Villa junto a Teresa Perales, la campeona que ayer le dejó una nota encima de la mesilla: "Mucha confianza, la confianza es básica. Tú puedes". Y pudo, claro que pudo.

La jornada del sábado no aportó ninguna medalla más en natación. Teresa Perales confirmó que los 50 metros mariposa no son para ella (mañana, los 50 libres). Ni los 100 espalda para Enhammed Enhammed, último en la final (hoy, 50 libres).