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Pekín 2008 | Juegos Paralímpicos

La piscina otorga otras tres medallas a España, que roza la cincuentena

Enhamed está siendo la gran sensación de los Juegos Paralímpicos

La octava jornada de los Juegos Paralímpicos de Pekín se saldó hoy con la consecución de otras tres medallas, todas ellas en la piscina del magnífico Cubo de Agua de Pekín, y la cuenta total de la delegación se sitúa en los 49 metales. Un oro, una plata y un bronce fueron el botín logrado por los nadadores Enhamed Enhamed, Xavi Torres y Déborah Font, el mismo número de medallas conseguido ayer pero lejos del festival del viernes, cuando España logró 13 medallas.

La natación está siendo el pilar del éxito español, con más de la mitad de las preseas (26 de 49) logradas en esta disciplina. Además, si hay que poner una cara al éxito del deporte español en los Juegos Paralímpicos ésta no puede ser otra que la de Enhamed Enhamed, el joven canario de 21 años que ya se ha colgado cuatro oros en Pekín. El "chico de oro" de la natación, hijo de inmigrantes procedentes de El Aaiún, en el Sahara Occidental, ganó hoy los 50 metros libres en categoría S11 con otra exhibición. En la final, Enhamed logró otro récord del mundo (25.82), rebajando la plusmarca que marcó él mismo esta mañana en la sesión clasificatoria (26.34).

Se trata de su cuarta distinción de oro en cinco pruebas disputadas, "el mejor final para unas olimpiadas", según reconoció él mismo. El joven canario también se ha coronado en los 100 y los 400 metros libres y los 100 mariposa en Pekín, aunque al finalizar la carrera aseguró que todavía no se había parado a pensar en los éxitos acumulados. "Estos días no he querido relajarme y es ahora cuando me daré cuenta de lo que he conseguido", señaló. La medalla de plata corrió a cargo del veterano Vicente Javier "Xavi" Torres, quien logró su decimoquinta medalla paralímpica tras terminar en la final de los 150 metros estilos en la categoría SM4 disputada hoy en Pekín, sólo por detrás del neozelandés Cameron Leslie, que marcó un nuevo récord del mundo (2:33.57).

Torres, de 34 años y que ya participó en los Juegos Paralímpicos de Barcelona 1992, tocó pared con un tiempo de 2:40.91, a 7,34 segundos del ganador. "Estar por quinta vez en unos Juegos y conseguir medalla las cinco veces es impagable", señaló emocionado el veterano nadador, que recordó entre risas que sus dos compañeros de podio, el neozelandés Leslie y el japonés Suzuki, "casi suman mi edad entre los dos". "En la clasificación de esta mañana (dónde logró la tercera mejor marca) lo veía un poco complicado, pero ha ido muy bien. Sufrí con los 50 metros braza pero seguí a muerte la referencia del neozelandés y me pegué tanto como pude a él", explicó al terminar el nadador de Palma de Mallorca. Con discapacidad de nacimiento en las cuatro extremidades, Xavi Torres es una de las caras más conocidas y más queridas de la delegación española.

Así, acumula un palmarés impresionante, con 15 metales entre Barcelona, Atlanta, Sydney, Atenas y ahora Pekín. Abrazado a su entrenador y muy emocionado, el nadador mallorquín, explicó que no descarta llegar a Londres, dentro de cuatro años. Finalmente, Déborah Font fue la encargada de brindar el bronce español de la jornada, tras terminar tercera en la final de los 50 metros libres femeninos en categoría S12 para deficientes visuales, con una marca de 28.23 segundos, en la que era su última prueba paralímpica. La catalana, nacida en 1985, terminó tercera, sólo por detrás de las rusas Oxana Savchenko -quien batió el récord del mundo de la prueba en la final, con 27.07- y Anna Efimenko, que tocó pared en 27.82 segundos.

"No tengo palabras, salí muy fuerte y la carrera es tan corta y tan rápida que no dio tiempo de más", declaró sonriente. Al finalizar la prueba, Font y la madrileña Ana García-Arcicollar, séptima en la misma final, anunciaron su retirada, tras competir en tres y cuatro paralimpiadas consecutivas respectivamente. "Llevo ocho años en la elite y pienso que en la vida hay muchas cosas", explicó Font, estudiante de fisioterapia y que sufre una enfermedad de origen genético que mengua su visión. "Esta medalla es el mejor premio".