El panorama del boxeo amateur para Estados Unidos, que ha dado campeones olímpicos como De la Hoya, Leonard, Floyd Paterson, Foreman, Muhammad Ali o Joe Frazier, no es muy alentador. Se va a ir de Pekín sólo con una medalla. La de bronce de Deontay Wilder en 91 kilos. Un púgil de color que llegó al boxeo casi por casualidad.
Llevaba una prometedora carrera de jugador de basket cuando nació su hermana Naieya con espina bífida, por lo que abandonó la universidad, compaginó dos trabajos para ayudar a la familia y se introdujo en el boxeo. Se supone que pronto dará el paso a profesional. "El problema es que los chicos sólo piensan en el dinero. Los mánagers no hacen más que decirles que se pasen a profesionales, que las medallas no importan. Además, no quieren que ganen en los Juegos porque tendrían que pagarles más". Este diagnóstico lo realizó hace un par de días Evander Holyfield, bronce olímpico. El mismo dinero que no consiguió comprar a dos glorias como Teófilo Stevenson o Félix Savón para dejar Cuba y boxear en EE UU. Por eso los caribeños sí que consiguen mantener su nivel. Tienen tres boxeadores en las finales, entre ellos Banteaux, que ya tiene dos oros olímpicos, y ya se han colgado cuatro bronces, y Laffita, que hoy luchará por el oro en 51 kg. Aparte de esta final, también se disputan hoy las de peso pluma, superligero, medio y pesado.
